El clima ahonda la crisis del campo
- A una regulación equivocada que encarece los costes se une la sequía que reduce la capacidad de producción del sector
elEconomista.es
Los agricultores y ganaderos se manifiestan estos días por toda Europa en protesta por el Pacto Verde que ha fijado unos objetivos de emisiones muy ambiciosos de cara a 2030. Con el propósito de cumplir dichas metas, se ha impuesto una legislación muy restrictiva desde el punto de vista medioambiental, que encarece los costes del campo europeo. Además, impide a agricultores y ganaderos competir por precio con los productos que llegan de países de fuera de la UE. Pero la transición ecológica poco realista impuesta en Europa no es el único factor que conduce al campo a una situación crítica. A ello contribuye también en buena parte el propio cambio climático, que ha generado una pertinaz sequía que castiga las explotaciones.
Un buen ejemplo de ello está en el sector del cava catalán, donde la sequía ha provocado un recorte del 30% en la capacidad productiva, lo que equivale a 80 millones de botellas. Una cifra que supone un 31,5% de todas las botellas de cava expedidas en 2022. Por si fuera poco, el sector añade a este problema las restricciones de agua para el embotellado y usos industriales por la falta de lluvias en Cataluña. La preocupante situación de las bodegas de cava es extensible a la práctica totalidad del sector primario y evidencia que el clima ahonda la crisis del campo. En este contexto, imponer una regulación que eleva los costes, como ocurre en Europa, es contraproducente. Más aconsejable sería mejorar las infraestructuras hidráulicas para aprovechar cada gota de agua. Asimismo, se debe evaluar la idoneidad de los terrenos a este contexto climático adverso para estudiar si son aptos para producir otro tipo de bienes que sean más rentables para el sector primario.