Luis Martínez-Abarca (CEU): "La FP es una oportunidad para una inserción laboral rápida y de calidad"
- La previsión para los próximos años es que el 50% de las oportunidades de empleo correspondan a cualificaciones intermedias
elEconomista.es
La Formación Profesional está protagonizando un crecimiento sin precedentes en España. La especialización de los alumnos en las necesidades reales del mercado laboral es uno de sus grandes puntos a favor. Hablamos al respecto con Luis Martínez-Abarca, director del Área de Formación Profesional de CEU.
En el último año podríamos decir que la Formación Profesional ha dado un paso de gigante, ¿a qué cree que se debe?
Creo que se debe a varios factores. Por un lado, la Formación Profesional está, desde hace un par de años, continuamente en los medios. Son numerosos los programas, tertulias y artículos que hablan de esta etapa educativa. La nueva Ley ha representado un punto de inflexión en la visibilidad de Formación Profesional, en especial a todo lo relativo a la dualización.
Además, en los últimos años han aparecido un buen número de operadores nuevos, sobre todo en el ámbito privado, con proyectos interesantes, actualizados y llamativos.
Otro factor es la empleabilidad. En un país con medio millón de personas con muy baja cualificación y con altas tasa de desempleo, la Formación Profesional representa una oportunidad para la inserción laboral rápida y de calidad.
Sin embargo, la tasa de matriculación en FP en España (12%) es inferior a la de los países de la OCDE (29%) y de la Unión Europea (25%), según datos del INE...
Efectivamente, la matrícula de Formación Profesional es la mitad que la media de la Unión Europea, pero debemos considerar también el punto de partida. En la actualidad tenemos matriculados en España algo más de 1 millón de alumnos de Formación Profesional, pocos si se considera la media Europea que nos duplica, pero también tenemos que tener en cuenta que se trata de un 110% de crecimiento en España en los últimos años.
"La tasa de matriculación ha crecido un 110% en España en los últimos años"
¿La FP puede ser la respuesta a la falta de talento que acusan algunos sectores productivos?
No cabe duda. La previsión para los próximos años es que el 50% de las oportunidades de empleo correspondan a cualificaciones intermedias, las que corresponden a los ciclos medios y superiores. Aunque algunas fuentes reducen algo esta cantidad, los números son significativos y, ya en la actualidad, un tercio de las ofertas de empleo piden alguna titulación de Formación Profesional.
La falta de talento vinculado a esta oferta ha llevado a que algunas empresas hayan decidido incorporarse como operadores de formación para su autoabastecimiento.
Necesitamos todavía crecer en la matrícula de Formación Profesional en los próximos años, no solo para acercarnos a las tasas europeas, al final es solo un dato, sino para dar respuesta a las necesidades de empleo nacionales.
"Sin el factor empresa, en una Formación Profesional dual, el objetivo es inalcanzable"
¿Cree que la nueva Ley de FP es suficiente?
Creo que la nueva Ley es una magnifica oportunidad. Nos ha ayudado a poner el debate en la Formación Profesional y tiene consideraciones muy interesantes y que cuentan con un respaldo mayoritario. La flexibilidad para adaptar el proceso de aprendizaje a las situaciones particulares, durante toda la vida; la incorporación de profesores especialistas con experiencia, aunque no tengan titulación; la ordenación de los itinerarios y pasarelas; la internacionalización; o la dualización, que quizá sea uno de los asuntos más interesantes y a la vez polémicos.
¿Todo esto es suficiente? Desde luego que no. Tenemos asuntos acuciantes para que todo esto tenga el desarrollo adecuado, para que los ciclos y sus currículos se actualicen y, sobre todo, para que la Formación Dual intensiva despegue.
"El regulador debe facilitar incentivos para que las empresas vean el modelo dual atractivo"
¿Qué papel deben jugar las empresas?
España tiene un tejido empresarial muy irregular, con grandes diferencias locales y formado mayoritariamente por PYMEs. La Formación Profesional tiene como función, junto con los centros de formación, proporcionar los profesionales con la cualificación y las habilidades necesarias para integrase en las empresas. Se trata de un círculo de empleabilidad en el que la empresa está presente en todo el proceso: necesidad-formación-empleo.
Se trata, por tanto, de una organización a tres bandas. El regulador, que debe facilitar la flexibilidad y el marco adecuado; las empresas que deben ser escuchadas de manera permanente con el dinamismo propio del mundo empresarial y deben ser parte formal del proceso, y los centros de formación que proporcionan los procedimientos y recursos de aprendizaje.
Sin el factor empresa, en una Formación Profesional dualizada, el objetivo es inalcanzable.
¿Cómo valoraría la FP Dual?
La nueva Ley propone la dualización de toda la Formación Profesional, aunque con dos modelos. Por una parte, uno general, con una estancia en la empresa de entre el 25% y 35%, y con una formación curricular por parte de empresa de entre un 10% y un 20%. Y por el otro, el modelo intensivo, con una estancia en la empresa de entre el 35% y 50% y una aplicación del 30% de los objetivos de aprendizaje, además debe tener una vinculación contractual con el alumno y, por tanto, remunerada. Es esta última la que tiene una inserción laboral prácticamente del 100% y es homologable con el modelo centroeuropeo.
Mi opinión no puede ser más que positiva. Sin embargo, la implantación del modelo intensivo no llega actualmente al 4% del total de los alumnos de Formación Profesional. No parece que despegue por las dificultades que le plantea a las empresas. Como hemos dicho, son en su mayoría PYMEs que, a pesar de verlo con buenos ojos, no cuentan con los recursos suficientes para poder dedicarle atención al desarrollo del compromiso formativo, la necesaria implicación de tutores o el gasto contractual.
¿Cree que hemos entendido que la formación debe responder a las necesidades reales de las empresas?
Creo que todos los actores tenemos claro el sistema circular de la empleabilidad y el papel que en él juegan las empresas. Sin embargo hay que seguir haciendo pedagogía con la sociedad y con las empresas. Necesitamos que el regulador facilite los incentivos necesarios para que éstas vean el modelo dual atractivo y seguir trabajando para encontrar ajustes prácticos que tengan en cuenta nuestro tejido empresarial y las limitaciones de este para avanzar hacia una formación profesional dual que se apoye en un verdadero círculo de colaboración entre la empresa, la entidad educativa y el estudiante.