Opinión

Grimaldi evita compensar a miles de pasajeros

    Urna donde se ven las reclamaciones de los pasajeros - Foto: eE

    El Tsunami

    La bajamar saca a flote los esqueletos de los barcos hundidos y el reciente temporal en el Mediterráneo ha mostrado los múltiples problemas de la caótica Grimaldi Línes, que presta los servicios de Ferry entre Barcelona y varios puertos, como Sicilia o Cerdeña. Miles de pasajeros que tenían su billete de vuelta para la madrugada del 29 de agosto recibieron un mensaje en su móvil anunciando que la vuelta a Barcelona quedaba aplazada hasta el 30 por el temporal.

    Grimaldi no explicaba nada más. La naviera no habilitó líneas especiales de atención a sus miles de afectados. Los que consiguieron ponerse en contacto se encontraron con la frase lapidaria de "Grimaldi no se hace responsable de los perjuicios ocasionados".

    La firma lo justificaba en que el derecho italiano no contempla ningún tipo de indemnización. Las instrucciones de la naviera entraban en contradicción con la normativa recogida en su propia web, en la que se explica que, en caso de retraso por fuerza mayor, se rige por el reglamento de la UE y no por el derecho italiano como asegura su personal.

    Este reglamento no cubre los gastos de alojamiento, pero sí los de manutención. El texto señala expresamente que "en caso de retraso superior a 90 minutos o de cancelación de un servicio de pasajeros o de un crucero, a los pasajeros se les ofrece un tentempié gratis, comidas o bebidas con relación a la duración de la espera". Grimaldi intenta ahorrarse cualquier compensación a sus clientes con informaciones falsas o inventadas.

    Pero aquí no acabaron los problemas. Grimaldi tuvo que juntar a los viajeros del 29 y del 30 en un mismo barco, lo que obligó a cancelar los servicios de camarote que habían contratado muchos, sin ofrecer tampoco compensación. El criterio para discriminar entre unos y otros tampoco se explicaba.

    La decisión creó tensiones, porque los afectados se enteraban que su camarote había sido cancelado en el mismo barco. Una familia que viajaba con sus dos hijos muy pequeños se quedó sin el camarote que había reservado. Cuando intentaba acomodarse en una sala contigua, una de las azafatas intentó desalojarla, lo que provocó la reacción airada de la madre.

    "De aquí no me muevo, he pagado un camarote para mis dos hijos y no voy a dormir en una butaca", gritaba la madre desesperada, lo que espantó al personal, que hizo mutis por el foro. Los pasajeros tomaron los pasillos, donde se acomodaron con colchonetas y sábanas y mantas. Algunos tenían problemas para validar sus billetes, que no habían recibido en formato PDF.

    Hasta los mas afortunados, los que habían mantenido su camarote, se quejaban de la suciedad de alguno de ellos. El barco procedía de Roma, lo que retrasó la partida, y dejó sin tiempo para adecentarlos antes de la llegada del nuevo pasaje. Otro explicaba que había pagado un hotel en Barcelona sin hacer uso de la habitación y ahora tenía que recorrer mil kilómetros hasta Huelva, su destino final, desde las 9 de la noche, que el Ferry llegó con retraso a Barcelona.

    La puntuación que recibe Grimaldi en Trip Advisor está entre las más bajas del sector, con sólo una de las cinco estrellas de valoración.