El compromiso de las empresas: Motor de reciclaje
elEconomista.es, Rosa Trigo
Es indiscutible la relación entre los problemas ambientales a los que se enfrenta nuestro planeta y nuestro actual modelo de vida. Aunque sin dar marcha atrás en los desarrollos logrados para mejorar el bienestar humano, necesitamos transformar determinados aspectos de nuestra relación con los recursos disponibles para avanzar sin excusas hacia la economía circular. La Agenda 2030 y sus 17 ODS, el Acuerdo de París sobre cambio climático o los recientes compromisos de Naciones Unidas para la protección de la biodiversidad terrestre y los océanos definen perfectamente las metas a alcanzar en los próximos años, muy especialmente en la Unión Europea, la región del mundo con mayor exigencia en aspectos sociales y ambientales.
Los datos reflejan la necesidad de seguir avanzando en una estrategia firme. El último informe revelado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) muestra que las temperaturas mundiales alcanzarán niveles sin precedentes durante los próximos cinco años. La conclusión es clara: o actuamos ya o habremos llegado tarde. Como sociedad en general, pero, sin ninguna duda, desde nuestra propia esfera individual a través del eco de nuestras acciones.
En este sentido, las empresas y su actividad son claves en este proceso. Son la pieza troncal de nuestros sistemas económicos, y, por lo tanto, recae en ellas gran parte de la responsabilidad cuando se trata de abordar procesos importantes de transformación social. De hecho, las empresas ya están liderando estos cambios adquiriendo nuevos compromisos sociales y ambientales, aprovechando al máximo las nuevas tecnologías y proponiendo procesos novedosos para producir bienes u ofrecer servicios. En definitiva, optimizando toda la cadena de valor para generar más empleo y riqueza para el país al mismo tiempo que consiguen reducir su huella ambiental.
Las temperaturas mundiales alcanzarán niveles sin precedentes durante los próximos cinco años
En nuestro país las empresas ya están dando pasos en este sentido. Según una encuesta realizada por Accenture entre 100 compañías de diferentes sectores productivos, en España ocho de cada diez organizaciones tienen algún tipo de compromiso con la economía circular. En el caso de las pymes esta cifra se eleva hasta el 94% cuando hablamos de adoptar medidas para reducir la generación de residuos, según datos de la Cámara de Comercio de España.
Estos datos son fruto, sobre todo, de su apuesta por la investigación y la innovación. De hecho, la inversión en I+D del sector privado creció en 2021 más de un 9,4%, según datos de INE (Instituto Nacional de Estadística). Un valor de futuro, como así lo confirman las previsiones de la Comisión Europea, quien indica que para el año 2030 la economía circular puede generar un incremento adicional del 0,5% en el PIB del continente al mismo tiempo que podría incorporar 700.000 nuevos puestos de trabajo al mercado laboral.
Son varios los ejemplos que podemos destacar de esta evolución, pero sin duda el relativo a los envases es uno de los más llamativos. Más cuando hace apenas un mes celebramos, en el Día Mundial del Reciclaje, que en 2022 en nuestro país se han enviado a reciclar más de 1,6 millones de toneladas de residuos de envases domésticos de plástico, metal, brik, madera y papel cartón.
En España ocho de cada diez organizaciones tienen algún tipo de compromiso con la economía circular
La circularidad de los envases es cada vez más una preocupación y una ocupación de las empresas y un ejemplo de innovación, eficiencia y compromiso para conseguir que sean cada vez más sostenibles, conscientes de que el mejor residuo es aquel que no se genera y, si se genera, que deje la menor huella posible en nuestro entorno. Por este motivo, desde 1999 han puesto en marcha más de 60.000 medidas de ecodiseño. Un compromiso que crece año tras año con un enorme beneficio para el medioambiente, ya que esta labor permitió en 2021 el ahorro de más de 60.000 toneladas de materias primas.
En definitiva, tenemos poco tiempo y aún quedan muchas cosas por hacer. Por eso ha sido tan importante la reciente actualización de nuestro marco regulatorio a la hora de plantear nuevas obligaciones. Para las empresas, pero también para el sistema de reciclaje en general. Toda una revolución que tiene como meta el fin de la era de la economía lineal -basada en el hábito de usar y tirar- y la transición ordenada y con paso firme hacia un modelo realmente circular, inclusivo y colaborativo. Un paso en el que las empresas seguirán trabajando sin descanso para poder conseguir los objetivos que nos hemos planteado entre todos como sociedad.