La semana de los bancos centrales
Miguel Ángel Bernal
Madrid,
E n esta primera semana de mayo había dos citas marcada en rojo en la agenda económica, la Reserva Federal Americana (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE) se reunían para tomar decisiones de política económica.
El primero en comparecer era la Fed que anunció una subida de un cuarto de punto de tipos, dejando los mismos en la banda del 5,0 – 5,25%. Era lo esperado, supone el décimo incremento desde que la Fed viró su política laxa a otra más ortodoxa. Fue el primero en ese cambio dado el comportamiento de la inflación, general y subyacente, en aquel país.
La atención estaba en el discurso y el mensaje que lanzaría sobre la senda a recorrer en un futuro, no tanto en la anticipada subida. El gobernador Jerome Powell dijo que "para determinar hasta qué punto puede ser apropiado un endurecimiento adicional de la política para devolver la inflación al 2% con el tiempo, el comité tendrá en cuenta el endurecimiento de la política monetaria, los efectos sobre la actividad económica y la inflación y la evolución económica y financiera. Esa determinación la tomaremos reunión por reunión y las implicaciones para las perspectivas de actividad económica e inflación". Es decir la Fed parece haber abierto una puerta a esperar a ver que ocurre con la economía, la inflación y aunque no lo dijo en la situación bancaria.
La cadena de subidas de tipos ha sido bastante importante y aún cuando todavía no ha provocado un ajuste de la inflación al objetivo del 2,0%, ahora mismo la general está en un 4,2% y la general, 4,6% la subyacente; sin embargo el crecimiento económico se ralentiza, concretamente con una caída sensible de actividad hasta el 0,9% en 2022 y en este primer trimestre un 1,1%. Detrás de esta ralentización está un mercado inmobiliario débil y una actividad comercial más floja de lo previsto.
La mayor preocupación es la situación bancaria allí. Primero fueron Silicon Valley Bank, Signature Bank y el Silvergate en presentar problemas, este fin de semana era el First Republic Bank quien se incorporaba a la lista. Además, la desconfianza se extiende a otros bancos regionales, el mayor implicado el PacWest Bancorp y en menor medida los Western Alliance y Comerica. Por tanto la situación de bancos regionales amricanos puede condicionar y mucho la actuación de la Fed.
Powell, lógicamente y como no puede ser de otra forma, trató de calmar al público hablando de una situación normal en el sector, sin embargo no parece que los hechos le de la razón. Estas caídas bancarias de continuar, algo posible, puede ser un freno muy importante para la Fed y una piedra de atención para futuras actuaciones. Los años de "desmadre" en ofrecer liquidez y con tipos nulos pasan factura y maniata la política monetaria del dólar. Algunos nos preguntamos sino tendrá que bajar tipos ante la situación actual, veremos.
Un día después salía a la platea nuestro BCE. Las previsiones dudaban entre si subiría cuarto o medio punto, al final el BCE optó por el llevar el tipo director desde el 3,5% al 3,75, una subida de un cuarto de punto. A diferencia de la FED nuestra autoridad monetaria deja abierta la puerta a una nueva subida de tipos en junio, probablemente de un 0,25, gatera abierta por la propia presidenta en su rueda de prensa anunciando que ésta no será la última.
Razones no le falta pues la inflación en Europa, principal objetivo, sigue siendo muy alta. La subyacente, la que le preocupa al organismo monetario único, está en el 5,6%, primer descenso desde julio del anterior ejercicio; la general y de menor atención para muñir nuestros tipos de interés es un 7,0%, cerca del doble de los objetivos de nuestro banco central que es del 2,0%. Con las variables en la mano es de esperar que en la siguiente reunión, junio, veamos el 4,0% de tipos o una subida adicional de la misma magnitud que la llevada a cabo.
Desveló también que la debilidad económica continúa en nuestro área, donde además la demanda y concesión de crédito se frena. Por una parte tenemos a los bancos, oferentes de crédito, preocupados por la situación tanto económica del área, como por el sector crediticia americano y, seguro, han tenido en cuenta la caída del Credit Suisse aún cuando no sea una banco bajo el control del área euro pero influye. Por otra la situación económica sigue golpeando las expectativas de los consumidores y ello retrae el crédito tal y como la misma presidenta reconocía.
Como sabemos el mercado del dinero es monopolístico y por tanto el único oferente del bien, en este caso dinero, es el BCE. En un mercado monopolístico se puede actuar vía precio, tipo de interés en nuestro caso, cantidad ofrecida, oferta monetaria y M3 y por el mensaje lanzado. En esto dos últimos, cantidad y mensaje, es donde deberíamos fijarnos pues el mensaje de la Sra. Lagarde ha sido claro, transparente.
La cantidad u oferta monetaria, ya me he referido al mensaje, aquí es donde pueden surgir novedades. El BCE en junio termina con la reinversión de la compra de activos que realizó en el pasado, APP por su acrónimo en ingles. Esta disminución de la oferta podría afectar, casi seguro, a las líneas de financiación a largo plazo concedida a los banco, TLTRO por su acrónimo en inglés. La devolución por parte de los banco en junio, mes de reunión del BCE, es de un importe 476.800 millones de euros. Aquí nada ha dicho al respecto y ya veremos que ocurre. La política monetaria, condicionada aún, pero se va normalizando por las diferentes vías que tiene.