Opinión

La economía restringida

  • Va a ocasionar un cambio en las políticas cuyo alcance aún no se puede calibrar bien

Josu Imanol Delgado y Ugarte

Se está percibiendo cada vez con una mayor claridad que estamos asistiendo al final de un modelo económico que dará paso a otro, ignoto hasta la fecha y del que aún no podemos ver su alcance porque no disponemos tan siquiera de sus teorías y herramientas económicas para su correcta gestión.

Ya se observa palmariamente el control que se va a poder ejercer sobre los hábitos de los consumidores y sobre los proveedores, pues con la inteligencia artificial y las nuevas tecnologías podrá conocerse, en tiempo real, cuál es el comportamiento de los consumidores frente a las estanterías y los carros de los comercios. Algo que va a redundar en la posible modificación del consumo.

Además, ya podemos comprobar desde hace tiempo cómo existen restricciones sobre productos e incluso sobre la manera de producirlos, lo que indudablemente distorsiona los mercados. Sólo hay que pensar para ejemplificarlo en las prohibiciones sobre las macrogranjas. Pero estas restricciones vienen dándose desde la primera mitad del pasado siglo XX, cuando, por citar un ejemplo, se creó la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el año 1948.

Ahora ya vemos que en algunos países se está instaurando una cierta limitación en los beneficios de los oferentes con leyes que señalan por ejemplo que va a existir un trato diferente entre oferentes en función de su tamaño patrimonial, es decir, que todo aquel que posea más de una cierta cantidad de inmuebles tendrá un trato diferente al resto. Y esto es tan sólo un sucinto ejemplo de cómo se limitará el crecimiento económico.

Además, cabe destacar con un sesgo determinado que parece que en algunos casos se va a favorecer a los "pequeños", pero todo parece indicar que en realidad, finalmente, se van a ver favorecidos los grandes.

Este control y distorsión de la Oferta y Demanda de los Mercados provoca, indudablemente, que haya un cambio de paradigma que va a revolucionar la economía. Y como no se llega a entender bien lo que ocurre el análisis para poder planificar el futuro puede ser incorrecto.

En breve se van a instaurar las monedas digitales de los bancos centrales, CBDCs, pues el Banco Central Europeo tiene previsto tratar su aprobación en el cuarto trimestre de este año. Lo cual será una revolución económica, sobre todo en materia monetaria, que dejando a parte el asunto del control total que va a suponer, va a ocasionar un cambio en las políticas cuyo alcance aún no se puede calibrar bien. Porque las masas monetarias y todo lo relacionado con ello va ser desvirtuado de tal manera que ya veremos cómo puede afectar a la economía.

Sólo hay que pensar en que si todo lo relativo al dinero pasa exclusivamente por los bancos centrales, tanto el control de la cantidad existente como también la gestión sobre la tenencia por parte de los agentes económicos, esto puede ocasionar que las necesidades de capital sean racionadas incluso abocando a la limitación y/o restricciones en la Oferta y la Demanda de productos que no se estimen interesantes para los objetivos de los gobiernos (contaminación y medioambiente, volúmenes de producción...)

Todo esto induce a pensar, sin lugar a ningún género de dudas, que la Economía restringida que se avecina va a crear un Mundo que aún no podemos prever en toda su extensión, aunque si se puede decir con rotundidad que va a ser algo muy diferente a lo que se ha conocido.