Opinión

Amenazas para la recuperación


    elEconomista.es

    La economía mundial se enfrenta a una serie de incertidumbres que amenazan con hacer descarrilar la ya renqueante recuperación post-Covid a partir de julio.

    Algunas nos acompañan desde hace tiempo, como los altos precios. La guerra en Ucrania se ha encargado de impulsar la ya alta inflación previa y de que haya cambiado su apellido de "transitoria" por el de "persistente". Algo comprensible si se tiene en cuenta que los costes energéticos, claves en los continuos máximos del IPC, pueden dispararse si Europa cumple sus anunciadas sanciones a Rusia. No en vano, cortar las importaciones del petróleo y del gas ruso tendrá un gran impacto en el coste de estos hidrocarburos. Esto cronificará la inflación récord y obligará a los bancos centrales a acelerar aún más las subidas de tipos de interés, lo que también frenará la recuperación. Por si estos problemas no fueran suficientes, China ha venido a sumar otro foco de incertidumbre con una crisis inmobiliaria y energética que amenaza con frenar el PIB de la segunda economía del planeta. El auge de las criptomonedas, un activo especulativo y sin regular con un valor que duplica al que tuvieron las hipotecas subprime, cierra esta lista de amenazas que deben tenerse en cuenta, ya que lastrarán el crecimiento a nivel global y pueden llevar a EEUU a la recesión este mismo año. Así lo estiman también los mercados, con las pérdidas que acumulan desde enero. Como ha ocurrido a lo largo de la historia, las bolsas ya han descontado las incertidumbres anteriormente citadas con sus caídas en 2022. Una anticipación que explica por qué ahora la renta variable puede ser una oportunidad de inversión, ya que, de nuevo, se adelantará a una futura recuperación de la economía.