Opinión

Más sospechas sobre Cano y FG


    elEconomista.es

    La grabación de una conversación entre el exdirector de Seguridad de BBVA, Julio Corrochano, y el excomisario Villarejo en 2009, a la que ha tenido acceso elEconomista, resulta esclarecedora. En ella, Corrochano admite que tuvo informado a su jefe, Ángel Cano, de los avances que llevaba a cabo el propio Villarejo sobre las investigaciones a dos constructores.

    Se refiere en concreto a Fernando Martín y Luis Portillo, entonces presidentes de Martinsa y Colonial respectivamente y grandes deudores de la entidad. La imputación de seis directivos de BBVA en la causa que investiga las campañas de espionaje del excomisario eleva las sospechas sobre la participación de la cúpula de la entidad en la trama. Pero es en esta grabación cuando se despejan más dudas al nombrarse directamente a uno de los máximos responsables del banco. Es cierto que en la época a la que corresponde la grabación, Cano aún no era consejero delegado de BBVA. Es más, no accedió a ese cargo hasta 2012. Pero el hecho de que los pagos a Villarejo de BBVA se efectuaran hasta 2017 indica que Cano no cortó vínculos con el excomisario tras su nombramiento como número dos por Francisco González. Con ello, el expresidente de BBVAdemostró también que Cano era un hombre de su máxima confianza. Por tanto resulta difícil de creer que FG no tuviera ninguna noción de lo que hacían algunos de sus subordinados directos, como eran Corrochano y Cano. Aunque no hay indicios de que González firmara pagos a Villarejo, motivo por el que aún no forma parte del grupo de directivos recientemente imputados, su versión de que desconocía cualquier trato de la entidad financiera con Villarejo resulta cada vez más difícil de sostener.