Opinión

Rectificación con la tasa Google

    Sede central de Google

    elEconomista.es

    El documento programático del PSOE con el que Pedro Sánchez busca negociar acuerdos con los que amarrar su investidura esconde sorpresas. La más llamativa es la ausencia de la llamada tasa Google. En concreto, el PSOE solo se compromete a "promover la creación de la tasa en el ámbito europeo".

    En otras palabras, descarta aprobar el nuevo impuesto en solitario y queda a la espera de que en Bruselas se acuerde un modelo de tributo para las grandes empresas digitales. No obstante, esta rectificación que Ferraz ofrece no alcanza al Ejecutivo. Muy al contrario, Hacienda recuerda que aún mantiene su plan de aprobar el nuevo impuesto, con el que vaticinan unos ingresos de 1.200 millones de euros, en cuanto se ponga en marcha la legislatura. Resulta evidente que el Gobierno debería escuchar el mensaje que el PSOE le manda. Primero, porque sus previsiones de recaudación distan mucho de ser realistas. Así lo dijo la propia UE cuando calificó como "poco creíbles" la expectativa de ingresos que el Ejecutivo tenía con la tasa Google y con otros tributos, como el de las transacciones financieras. De hecho, la idea de gravar los ingresos y no los beneficios ya suponía una anomalía fiscal. No obstante, el principal motivo que debería hacer desistir al Ejecutivo de una aplicación en solitario de la tasa Google es la falta de consenso que existe en Europa. y que obligó a la UE a enterrar el impuesto como mínimo hasta 2020, y siempre que no se acuerde otra solución en la OCDE. Por todo ello, el Gobierno debería renunciar a la unilateralidad y aceptar la rectificación que el PSOE propone con la tasa. Solo una aplicación conjunta por parte de toda la Unión permitiría que el tributo tuviera impacto en la recaudación.