Opinión
Problema aún abierto en la industria
elEconomista.es
Industria publica las líneas maestras del Estatuto de los Consumidores Electrointensivos, los grandes demandantes de electricidad. El Gobierno deja claro en ellas que busca soluciones al lastre que suponen los altos costes energéticos para la industria. Así, establece una exención, de hasta el 100%, en los pagos por capacidad.
Estos desembolsos sufragan el gasto de mantener abiertas centrales (especialmente térmicas) de escasa actividad, pero necesarias para cubrir la demanda energética cuando se halla en máximos. En segundo lugar, el Estatuto prevé acabar con las dos facetas contrapuestas que la interrumpibilidad presenta para muchas industrias.
Por un lado, este protocolo implica que los grandes consumidores reducen, o incluso paran, su consumo eléctrico cuando hay alta demanda y reciben una compensación; sin embargo, la interrumpibilidad también supone pagos que estos mismos consumidores tienen que afrontar. Ahora, podrán acceder a exenciones en este capítulo.
Todo este tipo de bonificaciones tendrán un coste moderado para el sistema (el más alto, el relativo a los pagos por capacidad queda en 40 millones al año). Pero lo crucial es que pueden suponer una importante rebaja en la factura de la luz de las grandes fábricas.
Mantener esos niveles implica socavar la competitividad de nuestras fábricas con respecto al resto de los países de la UE. El problema radica en que, quizás, estos gestos llegan demasiado tarde cuando, a finales del año pasado, fueron varias las firmas (Cemex, Arcelor, Gamesa y, sobre todo, Alcoa) que hicieron públicos los apuros para mantener abiertas sus fábricas. Por ello, pese al nuevo Estatuto, no se puede dar por hecho que se hayan evitado los cierres y la destrucción de empleo.