Opinión

Ideología y verdad

    <i>Foto: Getty</i>.

    Joaquín Leguina

    "Sólo existen dos cosas: ciencia y opinión. La primera engendra conocimiento, la segunda ignorancia." (Hipócrates de Cos)

    Hablando del cambio climático, J. M. Mulet, profesor de Biotecnología en la Politécnica de Valencia, ha dicho en una entrevista reciente que "el catastrofismo no sirve de nada, es como el cuento de Pedro y el lobo. Hace falta cabeza fría, decisiones sensatas y olvidarnos de pancartas".

    Lo malo es que esos movimientos y sus pancartas acaban por influir en las decisiones personales y políticas. De cada una de ellas Mulet suministra dos ejemplos. El primero, "no sirve de nada tener un coche híbrido y cambiarlo cada dos años, porque lo que más gasta energía es fabricarlo"; y segundo, "no soy entusiasta de la energía nuclear, si hay alternativas se deben valorar, pero es importante que sean eficientes y reales. Alemania, al cerrar las centrales nucleares, ha aumentado su dependencia del carbón, que contamina mucho más". También señala algo evidente: "Los ecologistas han dicho muchas cosas falsas sobre las nucleares y sobre los transgénicos".

    El nuevo y desmadrado movimiento feminista es ya el paradigma de que cuando la ideología invade cualquier fenómeno social desaparecen los planteamientos científicos. Se demuestra observando cómo ante cualquier contradicción a esos planteamientos ideológicos los argumentos y los datos que los contradicen se ocultan o se descalifican. Por ejemplo, las políticas de igualdad son más potentes en los países nórdicos y, sin embargo, la violencia de los varones sobre las mujeres es más del doble de la observada en España.

    El catedrático de Derecho Penal, especializado en victimología, José María Tamarit, en una entrevista publicada el mismísimo 8 de marzo se atrevía a decir (jugándose el pescuezo) cosas como las siguientes: "La violencia que se ejerce por los miembros de la pareja -tanto hombre como mujer- responde en muchos casos a una pauta de violencia bidireccional (es decir: entre los dos miembros de la pareja). También cuando es violencia unidireccional, hay tanto de hombre contra mujer como viceversa. [...] Los resultados de los diversos estudios realizados en España y en otros países son coincidentes. Tanto mujeres como hombres relatan en proporciones similares que han sido perpetradores y víctimas. [...] Las diferencias están en la gravedad de los efectos, que son peores para las mujeres. Y pese a que pueda molestar nadie puede negar con datos en la mano que existe también violencia de mujeres contra hombres y violencia en parejas homosexuales. A partir de ahí, uno se cuestiona cuál es la base empírica de las políticas que se están aplicando a la violencia doméstica".

    En cuanto a la tan discutible y poco discutida Ley integral de violencia de género, que ha echado a los perros algunos elementales derechos constitucionales, como la presunción de inocencia y la igualdad ante la ley, Tamarit dice lo siguiente: "Para mí el más grave es la existencia de los juzgados de violencia sobre la mujer. Eso no existe en ningún otro país de Europa. La existencia de estos órganos supone una vulneración del derecho a un juez imparcial, un derecho fundamental [...]. No tiene ninguna vía de justificación posible de acuerdo con la Constitución que un episodio de violencia en el que mujer y hombre puedan haber ejercido violencia mutuamente, tenga que juzgarlo un juez que se denomina juez de violencia sobre la mujer".