Opinión
El perjuicio de poner trabas a los ETFs
elEconomista.es
La gestión discrecional crece y representa el 31 por ciento del dinero de los bancos en fondos. Este modelo permite a la entidad decidir en qué fondos invertir. Aunque la realidad es que el servicio está estandarizado en función del perfil de riesgo y el horizonte temporal de cada inversor.
A pesar de ello, la gestión discrecional eleva los costes ya que el banco cobra por el asesoramiento además de repercutir las comisiones de los fondos donde coloca el patrimonio, que suelen ser de la propia entidad.
Es decir, el inversor paga más del triple de lo que costaría un ETF (fondo cotizado) por un servicio casi igual. Con ello se demuestra el grave daño que para el cliente supone la discriminación fiscal de los ETFs, que impide el acceso de los particulares a este vehículo.