Opinión

Mala memoria (histórica)

  • Ocultar la barbarie de ambos es sectario y una invitación a la venganza
Pedro Sánchez. <i>Foto: Efe</i>.

Joaquín Leguina

En el "nuevo" PSOE hay algunas mentes preclaras que no contentas con la Ley de memoria histórica de Zapatero quieren dar un "salto adelante" y proponen una reescritura de la Historia según su leal saber y entender, prohibiendo cualquier pensamiento discrepante de lo políticamente correcto, que en este caso es que los "buenos", es decir, los del Frente Popular, no mataron a nadie en la retaguardia republicana.

En torno al concepto de "memoria histórica" el historiador Santos Juliá (que no es muy partidario de la cosa) escribió la siguiente definición: "Memoria histórica es el relato de acontecimientos del pasado que ciertos miembros de un grupo elaboran en el presente seleccionando los materiales a su gusto." A lo cual habría que añadir lo que a ese mismo propósito escribió Francisco Ayala: "No hay, en verdad, ningún hombre que posea memoria histórica... nadie recuerda ni puede recordar lo sucedido fuera del ámbito de la propia existencia." Por su parte, el historiador francés Henry Rousso escribió en 1992 (Vichy, l'évenément, la memoire, l'histoire): "Se ha entrado en algo inédito en la Historia: la judicialización del pasado."

Y no es cosa distinta -añado yo- de lo que se quiere realizar ahora en España. Como se ve, no hay nada nuevo bajo el sol en el corral hispano...

Por su parte, Tony Judt dejó escrito: "Lo peor es animar a los ciudadanos a que vean el pasado y sus lecciones sólo a través del sufrimiento de sus propios ancestros. De esta forma el pasado se queda sin su propia narrativa y sólo cobra significado en referencia a nuestras actuales -y con frecuencia conflictivas- inquietudes." Parecería que Tony Judt, al escribir lo aquí reproducido, estaba pensando en el desgraciado debate abierto entre nosotros a propósito de la "memoria histórica". También el novelista y cineasta chileno Luis Sepúlveda ha dejado escritas a este propósito (La sombra de lo que fuimos) palabras llenas de sentido: "Nunca confíes en la memoria, pues siempre está de parte nuestra; adorna lo atroz, dulcifica lo amargo, pone luz donde sólo hubo sombras. La memoria siempre tiende a la ficción".

En otras palabras: la memoria siempre está a nuestro favor y, en concreto, las memorias de la guerra civil son diametralmente opuestas si vemos, por una parte, la de un represaliado por los falangistas en Ávila frente a la memoria de un perseguido por los "rojos" en la retaguardia republicana de Madrid, por otra. Ocultar la barbarie de una de las dos partes no sólo es sectario, también es una invitación a la venganza, aunque ahora sólo sea retórica. Respecto a la guerra civil sólo cabe decir una cosa: ¡Nunca más!

Y yo me pregunto: ¿por qué no lo dejamos ya? Y hago una recomendación a quienes están empeñados en reescribir la Historia de la guerra civil: ¿por qué no os dais un paseo hasta el cementerio de Paracuellos y hacéis un recuento de los allí asesinados? Y luego os calláis de una puñetera vez.