Opinión

Frankenstein acaba con Susana Díaz

  • Otro varapalo electoral acabará con Sánchez si no acaban con él los suyos

Juan Fernando Robles

Como no es no, los andaluces le han dicho que no a Pedro Sánchez y a su gobierno de la vergüenza, propinándole una sonora bofetada en la cara de Susana Díaz, única satisfacción que el presidente sacará de todo este desastre. La ficción del CIS de Tezanos toca a su fin, al contrastar la mentira de-moscópica con la verdad de los votos y al desenmascarar que lo único que quería Sánchez con su gobierno Frankenstein era encaramarse al poder para que la propaganda y los viajes en avión le salieran gratis. Pero es obvio que el PSOE está pagando un alto precio, pues de momento le va a costar Andalucía, es decir, su casa, en la que encadenó casi 40 años de mamandurria, como decía Campmany.

Para el PSOE, los votantes de Vox no tienen derecho a nada, porque según dicen son la extrema derecha, pero todos y cada uno de los 395.978 votos que ha tenido este partido y que le dan la llave del gobierno andaluz son de españoles y algunos de ellos antiguos votantes del PSOE e incluso de la izquierda radical. Les convendría atender lo que tienen que decir, tanto al partido del Gobierno como a los demás, puesto que en las próximas generales pueden llegar a los dos millones, lo que hará bascular el mapa político a la derecha, igual que ha sucedido en Andalucía.

Si importante ha sido la irrupción de Vox, no menos lo es el ascenso de Ciudadanos, que duplica el porcentaje de voto, más que duplica los escaños y obtiene unos 300.000 votos más. De cara a unas generales le sitúa en una posición óptima para ser decisivo en el Congreso. Ciudadanos coge a izquierda y derecha y puede acaparar el espacio de centro, arrinconando al PSOE y PP a posiciones más extremas en las que tienen que competir con partidos que ya ocupan ese lugar, como son Vox y Podemos, con los que han de rivalizar en un discurso que les forzará a alejarse aún más del centro, abriendo más camino a Ciudadanos.

Estas elecciones demuestran que Vox ha llegado para quedarse y que Cs no parará de crecer

El pésimo resultado del PSOE, una verdadera debacle, invita a Pedro Sánchez a resistir cuanto pueda en el Gobierno por ver si la tendencia cambia. Sin embargo, cuanto más aguante será peor para sus expectaivas electorales, puesto que más se pondrá en evidencia que está en manos de los independentistas y de Podemos, algo que, como se ha visto, sólo le perjudica. Un gobierno de extrema debilidad, con ministros mal elegidos de los que ya han tenido que dimitir dos y hay varios en la cuerda floja, no es la mejor carta de presentación ante un electorado cada vez más fragmentado. Así, el PSOE se seguirá desangrando pues parte de su electorado tradicional, desconcertado, no sabrá si quedarse en casa, como puede haber ocurrido ahora en parte, o votar cualquier otra cosa. Tras el desastre, el sorpasso al PSOE puede venir por parte de Ciudadanos y no de Podemos, en claro retroceso y que no logra sumar los votos de IU.

Sánchez ha logrado sacar a Susana Díaz de la Junta de Andalucía antes que a Franco del Valle de los Caídos. Ahora lo que cabe preguntarse es dónde andan los barones que no están de acuerdo con la política que está haciendo el PSOE y qué tienen que decir del resultado electoral que está dando. El PSOE del presidente viajero va camino de la marginalidad y está instalado en el ridículo, todo ello por querer gobernar a toda costa traicionando los principios más elementales.

Ahora se va a abrir una crisis en el PSOE de resultado incierto. Un nuevo varapalo electoral acabará con Sánchez definitivamente si antes no acaban con él los suyos. El fracaso de Sánchez es bueno para España puesto que cualquier cosa es mejor que un Gobierno que se quiere apoyar en destructores de la legalidad y del Estado, y de eso se han dado cuenta el suficiente número de españoles como para provocar un vuelco electoral que con toda seguridad se va a consolidar en las diferentes elecciones. Vox ha venido para quedarse y Ciudadanos no hará otra cosa sino crecer.

Ya están repartiendo los carnés de fascista, pero en Andalucía me temo que los van a tener que repartir desde la oposición. Quizás hay electores que ya están hartos de las promesas incumplidas de la izquierda y quieren probar otra cosa, a la vez que recuperan el orgullo de ser españoles, tan mancillado en los últimos tiempos. En todo caso, el Gobierno Frankenstein ha acabado con Susana Díaz y esperemos que no dure lo suficiente como para acabar con España entera.