Opinión
Los nuevos jacobinos españoles
J. R. Pin Arboledas
El otro día me sorprendió una conocida mía, que en su juventud era de izquierdas, y luego votó al PSOE o al PP. Me dijo: "estoy pensando en votar a quien anuncie que quiere eliminar las autonomías y sea de derechas o muy de derechas, porque la izquierda no me lo asegura". A lo que respondí: "¿Te he oído bien? ¡Quién te ha visto y quién te ve!" Así acabó el casual encuentro.
Y es que en España están brotando nuevos jacobinos. Los jacobinos eran miembros de un grupo político que en la Revolución Francesa querían un Estado fuerte y centralizado frente a los poderes locales o regionales que consideraban más proclives al caciquismo y, por tanto, a la pérdida real de libertades. Un peligro real del que hay ejemplos evidentes.
Pero junto a esa defensa de la libertad individual, los jacobinos desarrollaron procedimientos que les llevaron a excesos. Su deseo de control les condujo al uso del terror. La historia lo personifica en el periodo de mando de Robespierre, después arrestado y guillotinado bajo la acusación de abuso de poder en el verano de 1794. Más tarde Fouché, ministro de la policía de la República, que había sido jacobino, ordenó la clausura de la agrupación.
Por eso se suele llamar jacobino al partidario de un Estado centralizado en el que desde la capital de la nación dirija toda la actividad política y administrativa. Es lo que quería mi amiga, demócrata y constitucionalista convencida y anti-autonomista sobrevenida ¿Por qué este viraje? Siempre hubo electores en contra del Capítulo VIII de la Constitución. Pero no pasaban de un porcentaje pequeño. Pero ahora hay nuevos partidarios de eliminar las Autonomías de la Constitución de 1978; desarrolladas desde entonces.
Su crecimiento es reciente. No aumentaron ni siquiera durante el terrorismo de ETA; lo han hecho los últimos años como reacción al Procés. El intento de ruptura de la legalidad para lograr una secesión de la querida Cataluña ha alertado a muchos españoles.
La deslealtad constitucional de los independentistas los asustó. La utilización de la educación para ampliar sus bases sociales y la intención de desgajar la nación tarde o temprano les produce terror. Pero también ha aumentado el número de los nuevos jacobinos, su convencimiento de que los constitucionalistas no son capaces de frenar de verdad el Procés, que aún disminuido sigue vivo y colando.
Por eso aumentan los jacobinos. Un conjunto de votos que buscan algo en estos momentos imposible y cuyo intento llevaría a un nuevo enfrentamiento entre españoles. Bien harían independentistas y constitucionalistas en resolver el conflicto antes de que el nuevo jacobinismo acabe consolidándose en manos de un populismo centralista y les pueda plantar cara con más fuerza.