El puzle de los mercados
Ángel Martín Unzué Indave
¿Alguna vez han hecho un puzle? ¿Se imaginan que no tuviésemos la imagen final y colocásemos piezas sin ton ni son para intentar completarlo? El proceso para resolverlo sería un caos total.
Los mercados financieros son un puzle gigantesco en el que si desconocemos los sesgos cognitivos y emocionales que impulsan nuestras decisiones nunca encajaremos las piezas.
Los amantes de los puzles, las adivinanzas y los crucigramas adoramos el verano porque tenemos más tiempo libre para poder dedicarlo a nuestra afición. Algunos salen a cazar pokémons y otros resolvemos acertijos. De hecho, si tenemos entre nuestras manos una pieza que no logramos encajar, enseguida pondremos a trabajar a toda máquina nuestras neuronas para seguir avanzando hasta que consigamos encajarla y completar el puzle? Aunque perdamos infinidad de horas de sueño en el intento.
Los desafíos nos enseñan y ayudan a pensar. En los mercados financieros, para tener un éxito razonable, tenemos que aprender a formular las preguntas adecuadas para lograr encontrar la mejor respuesta a todos los desafíos que nos irán surgiendo y que pondrán en serio peligro nuestro capital.
Tengo la firme creencia de que si le das a alguien una respuesta solo obtendrá información; pero si le das una pregunta se afanará en buscar la respuesta. Por lo tanto, les invito a que comiencen a colocar las piezas iniciales de este puzle con un par de preguntas que les formulo y que espero que les sirva de ayuda para entender algún sesgo cognitivo que sufre la inmensa mayoría de los inversores y que hacen que nunca consigan completar su puzle financiero de una forma adecuada.
¿Banco Santander o McDonald's? Una trampa habitual de nuestro cerebro es considerar que las acciones de las empresas que nos resultan más familiares y que son de nuestro país tienen mucho menos riesgo que otras que cotizan en mercados extranjeros.
Esta percepción distorsionada de la realidad provoca que muchos inversores crean erróneamente que obtendrán mayor rentabilidad con las acciones domésticas que con las foráneas. Como ejemplo particular, por no poner otros muchos, les invito a que vean cuál ha sido la evolución de la cotización de McDonald's en los últimos diez años frente a la de Banco Santander.
Los accionistas y fans de la Big Mac estarán muy contentos? Otros, no tanto. Si alguien nos cuenta una buena historia sobre algo dejamos de lado cualquier tipo de prueba y análisis para comprobarla. El toque narrativo sobreexcita a la mayoría de inversores y desencadena su euforia.
El embaucamiento narrativo hace que prefiramos historias concisas antes que la cruda realidad y esto distorsiona gravemente la imagen mental que tenemos sobre los mercados financieros y los criterios para elegir nuestras inversiones.
¿Recuerdan las historias, tan embriagadoras, que se contaban antes del estreno de la nueva película de la saga Star Wars? Cualquiera que hubiese leído todas las bondades que se escribían sobre el despertar de la fuerza estuvo tentado en comprar acciones de Disney sin tener en cuenta que la cotización ya se había disparado de forma notable?
¿Cuántos inversores adquirieron acciones de Walt Disney cerca de sus máximos históricos?... Desde que se estrenó la película (en diciembre del año pasado), parece que la fuerza ha abandonado, durante este tiempo, a las acciones de la empresa de Mickey Mouse.
Por último, si quieren seguir completando el puzle y conocer más sesgos cognitivos que afectan al cerebro del inversor, les doy la siguiente pieza que no logro encajar: ¿se producirá el Armagedón financiero tras la retirada de los estímulos monetarios por parte del BCE?