Opinión
Obama: "A ver si formáis gobierno..."
- Su elección fue aclamada de forma exagerada
Marcos Suárez Sipmann
"A ver si formáis gobierno que estoy deseando ir", bromeaba Barack Obama con el ministro de Exteriores en funciones, José Manuel García-Margallo, en abril. No ha querido dejar la Casa Blanca sin pasar por Madrid y lo hace con ocasión de su estancia en la cumbre de la OTAN en Varsovia. Aunque seguimos sin Gobierno. Viniendo a España antes de concluir su segundo mandato, su intención es dar por totalmente normalizada la relación bilateral. Y es que cuando José Luis Rodríguez Zapatero dispuso la retirada de las tropas españolas de Irak en 2004 no solo envenenó las relaciones con los republicanos.
Enfrió igualmente los lazos con el partido Demócrata que la consideró apresurada y poco profesional poniendo en riesgo a las tropas norteamericanas. Quizá su gesto satisfaga a la política española. Pero desde 2009 ha efectuado 48 viajes internacionales; 14 de ellos europeos. La realidad es que nuestro país apenas ha contado en su agenda a lo largo de su mandato. Y han tenido que pasar dos años desde la invitación formal por parte de Felipe VI en su primera visita oficial a EEUU en septiembre de 2014. Defensa se ha venido congratulando del "éxito" de la diplomacia militar española. En particular en Andalucía se ha reforzado la presencia estadounidense. La importancia del Convenio sobre la base naval de Rota (Cádiz) y la aérea de Morón (Sevilla), ampliado en 2015 y centro de operaciones del Pentágono para África contrasta con el hecho de que España sigue siendo uno de los aliados con menos efectivos de EEUU en su territorio. Si bien es el motivo por el que Obama comienza su visita en Sevilla y Rota antes que Madrid. Algo que muchos no valorarán positivamente máxime cuando lo que se pretende es subrayar la "sólida" relación bilateral - en sus vertientes política y económica - además de la cooperación en seguridad.
Tras mantener reuniones con el monarca y con Mariano Rajoy, en atención a la particular situación, Obama interactuará con los líderes de las grandes fuerzas políticas. En cualquier caso y salvo imprevistos no es de esperar que la prensa norteamericana conceda gran importancia al viaje con su agitado panorama local.
Según un estudio del Pew Research Center, a seis meses del final de su presidencia Obama es no solo muchísimo más popular que su predecesor, George W. Bush, sino que también supera a su sucesor. Llámese Hillary Clinton o Donald Trump.Como he señalado más arriba, el dar prioridad a Rota en su visita no le granjeará nuevas simpatías en España donde el entusiasmo por EEUU es de por sí escaso. Solo el Este de Europa por su cercanía a Rusia se muestra proamericano y atlan- tista. Incluso en un socio tradicional como Alemania la imagen de Washington se resintió tras descubrirse el espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad. Lo mismo ocurrió con Brasil.
La oratoria de Obama ha constituido un activo para la diplomacia estadounidense. El acuerdo con Irán, la apertura hacia Cuba, el viaje a Vietnam? han supuesto un giro en la relación con los enemigos de antaño. No obstante, las buenas noticias acaban aquí.En Oriente Próximo la imagen de EEUU continua siendo muy negativa. De poco sirvió el famoso discurso presidencial de 2009 en El Cairo. Incluso con el intolerante primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, la relación es complicada. EEUU ha apostado por una política exterior más volcada hacia China, que es, sin duda, su principal competidor. Sin duda, la imagen global de Washington se mantiene por encima de la de Pekín. Sin embargo, el auge del gigante asiático ha dejado en situación comprometida a aliados como Japón. En cuanto a Rusia los problemas han ido en aumento con motivo de la crisis de Ucrania. El uso constante de drones constituye el mayor aspecto negativo de la administración Obama. Por su culpa la imagen es pésima en países como Pakistán y muchos otros, víctimas de estas armas.
La elección del primer presidente afroamericano fue aclamada por el mundo entero de forma exagerada. El paroxismo llegó a considerarlo casi como la llegada de un mesías. La apoteosis hace tiempo que ha dado paso a una especie de indiferencia. Ante todo, Obama es estimado por los jóvenes y ha conseguido que los aliados vuelvan a apreciar a EEUU tras la debacle de la presidencia de su antecesor.Los logros en política exterior - como los mencionados Irán y Cuba - podrían ser anulados o bloqueados por quien le suceda en las próximas elecciones.
Así pues, a la justificada pulla de Obama a España que da título al texto cabe responder con la preocupación e incertidumbre mundiales ante la crisis del sistema político norteamericano en este año electoral.