Opinión
La gran estafa
Mariano Guindal
De acuerdo con un trabajo elaborado por el Servicio de Estudios del Banco de España, la corrupción habría producido daños económicos estimados en unos 200.000 millones.
Según me comenta mi buen amigo el profesor Luis Garicano, lo importante de la corrupción no es tanto lo que se llevan los corruptos, por mucho que sea, como el daño colateral que producen en la sociedad. Es como cuando a alguien se le olvida la bufanda en el coche y un quinqui de poca monta rompe el cristal o fuerza la puerta para llevarse una prenda cuyo valor no alcanzaría más allá de 15 euros, pero el perjuicio económico que produce al propietario del vehículo es infinitamente mayor.
Esto mismo es lo que ha ocurrido con personas como Mario Conde o con los implicados en los llamados papeles de Panamá. Su comportamiento deleznable provoca un daño a la moral colectiva que tiene repercusiones en todos los ámbitos de la vida, sea política, social o cultural. El caso de los hermanos Almodóvar o de Imanol Arias son un ejemplo claro de cómo se puede estar predicando desde la izquierda la justicia social y, bajo manga, intentar defraudar a Hacienda, que somos todos. Tienen una doble moral. Piden a los políticos y al "sistema" unas normas éticas que son los primeros en incumplir. Lo que sucedió con las cajas de ahorros es otro ejemplo, ya que los sindicatos eran los garantes de que la actuación en tales entidades públicas fueran correctas. Por eso, cuando se supo que habían utilizado sus puestos para lucrarse, el desencanto fue mayúsculo.
En el caso de Conde lo que produce irritación no es sólo que durante los seis años en que dirigió Banesto se apropiara indebidamente de 7.000 millones de pesetas, sino que desde que estuvo en prisión había predicado que era un hombre nuevo y nos daba lecciones de moral y hasta creó un partido político basado en la regeneración política. Tal cinismo repugna. Esto explica que el PP haya perdido la mayoría absoluta en sólo una legislatura y que haya un fuerte rechazo hacia sus dirigentes. La corrupción continuada y sistémica es lo que más ha dañado a Mariano Rajoy. Como en la película de Lasse Hallstrom, La gran estafa (The Hoax, 2006), se ha generado la creencia de que están en política para forrarse.