Ligonomics: Introducción
Guillermo de Haro
Siempre que pregunto en clase "qué es la economía" surgen respuestas de lo más dispares. Que si va del dinero, que si es ahorrar, que si se trata de la fabricación de productos y servicios. En cualquier caso es lógico: hay definiciones diversas de economía. Personalmente, la que utilizo y más me gusta es la que sostiene que es una ciencia, concretamente una ciencia social. ¿Y qué es una ciencia? Pues una disciplina que utiliza el método científico para investigar, entender el entorno y generar nuevo conocimiento. Y aquí comienzan los líos. Consigue el cómic de Ligonomics
En primer lugar, no existe un único método científico. Cualquier método de investigación que utilice la lógica y el razonamiento, esté basado en la experiencia (empírico) y apoyado en la medición de resultados, lo es. Las claves más importantes son que el conocimiento generado sea refutable y reproducible. Es decir, que tenemos un problema con la economía porque ¿cómo hacemos para repetir un experimento social en una decisión macroeconómica? José Luís Sampedro (1) explicaba bastante bien este problema en su ensayo El reloj, el gato y Madagascar planteando la importancia de adecuar las herramientas al problema que queremos resolver y al objeto del estudio. Así que quién mejor que Sampedro, conocido como el "economista humanista" y reconocido también por su obra literaria no económica, para hacer de barman de nuestro centro neurálgico en este cómic: el bar La Mano Invisible, donde se desarrollará la mayor parte de la acción, como era de esperar.
El caso es que no se vislumbraban los problemas del exceso del uso de modelos matemáticos, a menudo más confusos que útiles, pero que fueron considerados la panacea en muchas ocasiones. "Tengo un modelo econométrico y se cómo usarlo". Aunque a algunos la matemática les infundiera más confianza, a mí me generaba problemas para conseguir la atención de alumnos sin conocimientos de base o con miedo a las mismas. Como decía el editor de Stephen Hawking, por cada ecuación que aparece en un libro el número de lectores se reduce a la mitad.
El ejemplo que mejor me ha funcionado para resolver este problema y explicar la economía como ciencia ha sido el de ligar en un bar. Por cierto, para quien lo quiera con algo más de matemáticas, nada como la charla de TED y el libro de Amy Webb (2), explicando su técnica de pirateo de las webs de citas online para conseguir su objetivo. Amy llevó al extremo el proceso, con encuestas y puntuaciones en hojas Excel, análisis de los perfiles más vistos en este tipo de portales para mejorar el suyo sin perder sus principios y sin ocultar su amor por programar en Java y su fluidez hablando japonés. Tras múltiples citas y, a pesar de lo que le decía todo el mundo, el método científico funcionó y encontró una pareja que le hace feliz. No como todos esos solteros exigentes que viven con sus tías, solteras también exigentes.
La cuestión es que la economía como ciencia intenta generar conocimiento sobre cómo la gente toma de decisiones. Por eso es una ciencia social. ¿Y qué tipo de decisiones? Principalmente sobre cómo buscamos satisfacer necesidades crecientes con recursos escasos de la manera más eficiente posible. Con este concepto es con el que trabajo siempre en los cursos. Ante cualquier duda volvemos siempre a esa definición. ¿Y qué puede haber más importante que la necesidad de amor? Es por todos sabido que el amor es lo que hace girar al mundo(3).
(1) Revista de Estudios Andaluces, nº1 (1983), pp.119-126, 'El reloj, el gato y Madagascar', José Luís Sampedro
(2) https://www.ted.com/talks/amy_webb_how_i_hacked_online_dating
(3) "Data, a Love Story: How I Cracked the Online Dating Code to Meet My Match" Plume, 2014, Amy Webb
https://en.wikipedia.org/wiki/Love_Makes_the_World_Go_%27Round_(1958_song)