China, en el filo de la navaja
- El índice Shenzhen sigue con un ratio precio-beneficio disparatado
Ignacio Nart
No hay nada mas peligroso y fútil que intentar agarrar al vuelo un cuchillo afilado. No se podrá detener su caída y el corte será profundo. Algo parecido puede sucederle al sistema financiero chino en su intento de parar la caída de sus mercados bursátiles.
Y es que la verdadera magnitud del problema reside no tanto en las importantes pérdidas sufridas por el pequeño inversor como en el daño sistémico que puede producirse en el entramado financiero al desplomarse las posiciones especulativas apalancadas, financiadas directa o indirectamente por los grandes bancos y sus derivados de segundo orden; la llamada banca en la sombra. Un conjunto de sociedades de bolsa y entidades financieras que han fomentado las posiciones especulativas de sus clientes y que ahora ante la pérdida de valor de las acciones depositadas como garantía están llamando a reponer márgenes y deshacer posiciones.
No será menor el ajuste. Se calcula que un 25% de la capitalización de los mercados podría ser producto de este apalancamiento.
En cualquier caso, bien sea por la insolvencia de sus clientes o por sus operaciones por cuenta propia, las pérdidas esperadas ascenderán a miles de millones de dólares. La capitalización, y por lo tanto la capacidad de estas sociedades de bolsa y otras instituciones afines para hacer frente a las pérdidas esperadas, es limitada y la cadena de insolvencias repercutirá indefectiblemente en el sector bancario que ha sido su fuente de financiación.
Principalmente a través de una peculiar forma de inversión: los llamados WMP's (Wealth Management Products) que ofrecen rentabilidades superiores a las de un simple depósito y que con toda la certeza que permiten las cifras oficiales ascienden a un total de 1,6 billones (1012) de dólares invertidos en bolsa y en otros activos financieros de variada transparencia y fiabilidad.
Con un funcionamiento parecido a un trust, el dinero captado por los bancos es confiado a estos WMP´s para su gestión bien sea en fondos de inversión o destinados financiar créditos al sector de la construcción y dudosos mega-proyectos de infraestructuras de las autoridades provinciales.
La ventaja que para los bancos suponen los WMP´s reside en que esos fondos captados entre sus clientes no tienen el respaldo del fondo de garantías bancarias, ni tampoco se contabilizan en sus balances, por lo que no deberán provisionarse. Los bancos actúan como meros intermediarios y aunque en la letra pequeña se especifica estas salvedades, en la práctica en un sector tan directamente intervenido por el Gobierno chino como el bancario no sería posible evadir las responsabilidades políticas y pecuniarias.
Globo bursátil
La expectativa generalizada entre los inversores es que los bancos e indirectamente el Gobierno deben responder de unos productos que -como en España en su día las acciones preferentes- se han comercializado como un producto seguro destinado al pequeño ahorrador y bendecidas, y hasta alentados por las autoridades competentes como una forma de participación del ahorro ciudadano en el milagro chino.
Por eso algunas voces dentro de China han visto el desplome de la burbuja bursatil como una manipulación orquestada para desprestigiar las políticas reformistas y de mercado del actual presidente y secretario general del Partido Comunista, Xi Jinping, que está barriendo a escobazos bien publicitados las tramas de corrupción heredadas de su antecesor, Wang Jianguo, y desmontando todo su entramado de poder e intereses creados. Sea esto cierto o no, es significativo que la agencia oficial china de noticias Xinhua se apresurara a informar que el viceministro de Seguridad Pública había abierto una investigación para indagar sobre la posible manipulación malintencionada del mercado.
En cualquier caso, el globo bursátil hinchado a base de unas valoraciones disparatadas tenía corto recorrido. El índice de referencia Shenzhen, incluso después de la caída del 32% desde su máximo el 12 de junio, continúa cotizando a un disparatado PER del 46,8 que refleja unas expectativas de crecimiento de beneficios que no corresponden a una coyuntura económica problemática y un bajo nivel de crecimiento.
La inversión que requiere China
En la actualidad China requiere cuatro veces mas inversión que hace tres años para lograr una unidad adicional de PIB. China, nos alerta un informe de Credit Suisse, se enfrenta a una triple burbuja: un excesivo endeudamiento, que a su vez genera un exceso de inversiones no productivas y como remate un sector de la construcción especulativo que supone un 23% del PIB claramente hipertrofiado.
En la actualidad en las mega-urbes de primer nivel el precio medio de un piso equivale a entre doce a catorce años del ingreso tipo anual del ciudadano. Un encadenamiento de factores que la reciente experiencia indica que suele ser el prólogo de una crisis de mayor profundidad y envergadura. Crisis que dada la importancia de la economía China tendrá un impacto en la economía global, especialmente en sectores como el de materias primas, automoción y bienes de equipo.