Opinión
Más impulso para la recuperación
elEconomista.es
El Gobierno y los expertos vienen observando con expectación desde finales del año pasado la persistente depreciación del euro, en un intento de estimar cómo se desarrollará el descenso de la moneda única y los efectos que tendrá sobre una economía como la española, inmersa ya en pleno proceso de recuperación. Bien entrado 2015, lo que puede afirmarse con seguridad es que la velocidad de caída del tipo de cambio frente al dólar ha batido todas las previsiones. Fue la disparidad entre las políticas monetarias a ambos lados del Atlántico lo que pisó el acelerador.
Así, el BCE inició este lunes sus compras masivas de activos, mientras la Fed arrinconó esos estímulos hace meses y la fortaleza de la economía de EEUU hace pensar ya en alzas de tipos de interés. Como resultado, un euro se cambia por 1,05 billetes verdes y cabe esperar un efecto contundente sobre la economía española.
Serán 300.000 empleos los que las empresas podrán crear, a caballo de un aumento de la cuota exportadora, que además no se verá acompañado por un alza de su factura energética, denominada en dólares, gracias a la debilidad que aún presenta el crudo.
El efecto sobre el PIB puede ser de un punto adicional, lo que cimienta las previsiones del Gobierno, que hará oficiales en el Programa de Estabilidad el mes que viene, de crecer este año por encima del 2,5 por ciento. Incluso, en un año políticamente tan delicado como el actual, se desinfla la amenaza del soberanismo, como ayer demostró el último sondeo del CIS catalán.
La economía se sitúa, así, en una encrucijada, con todo a su favor para protagonizar una recuperación de récord, siempre que no se deje seducir por las soluciones simplistas a la crisis que todavía vociferan los populismos.