Opinión

El falso mito de la baja presión fiscal en España

    La ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero.

    elEconomista.es

    Todo apunta a que el pasado año marcó un récord en España en cuanto a la subida de las presión fiscal sobre sus contribuyentes. En esta variable influye la evolución de los ingresos tributarios, que cayeron un 8,7% en 2020; pero en el calculo también incluye el PIB, y su descenso fue incluso mayor: un 11%.

    Como resultado, la presión fiscal está en condiciones de mostrar un avance de dos puntos en tan sólo un ejercicio, hasta situarse en el 37% o incluso por encima. Pese a lo abultado de ese porcentaje, lo cierto es que no consigue reflejar la verdadera magnitud del esfuerzo impositivo que se les está exigiendo a los españoles en la presente crisis. En primer lugar, la presión fiscal no tiene en cuenta la evolución de la renta per cápita.

    En segundo lugar, más importante todavía es el hecho de que es insensible a los efectos distorsionadores de la economía sumergida. Una menor recaudación en relación al PIB no implica que los ciudadanos estén pagando menos. Lo que realmente ocurre es que existe una creciente cantidad de operaciones que deberían declararse (en España el equivalente al 20% del PIB oficial) y que quedan en la sombra.

    Es más, quienes nunca dejaron de cumplir con sus obligaciones fiscales están haciendo mayores sacrificios. Por tanto, el argumento, defendido por Podemos y también por parte del ala socialista del Gobierno, de que España está por debajo de la media europea en cuanto a presión fiscal es un mito.

    Si a esa variable se le añaden las consideraciones apuntadas (renta per cápita y volumen de la economía sumergida), el esfuerzo tributario real de los españoles es un 8% superior al promedio. Y las recientes subidas tributarias aún agudizarán ese sacrificio en plena crisis.