Un perjudicial veto a los despidos
elEconomista.es
Trabajo confía en cerrar de modo inminente (este mismo viernes) el acuerdo con los agentes sociales para la nueva prórroga de los Ertes vinculados a la crisis del Covid. Con la negociación tan avanzada, resulta ya posible detectar las importaciones limitaciones que condicionarán el pacto.
En primer lugar, cada vez ganan más consistencia los temores de que la extensión de la vigencia de los Ertes sólo hasta el 31 de mayo resultará insuficiente. A los estragos que provoca la tercera oleada del virus desde inicios de enero se han unido los cuantiosos daños, cuya dimensión aún es imposible estimar, que el histórico temporal Filomena ha supuesto para la actividad económica. Ante la dificultad para reactivarse, toda apunta a que muchas empresas necesitarán mantener sus plantillas en Erte hasta finales de año. En esta situación, aún más preocupante resulta que el Ministerio llegue al viernes con la intención de mantener el veto a los despidos de carácter procedente para los negocios que prorroguen ese tipo de expedientes. Dicha prohibición de facto ya resultó polémica en el inicio de la crisis, cuando las empresas se enfrentaban a lo que parecía un parón solamente momentáneo del consumo interno. Ahora, muchas de ellas ya se encuentran sumidas en unos problemas inmediatos de falta de liquidez y de solvencia, que la imposibilidad de hacer ajustes de plantilla contribuirá a agravar de modo exponencial.
La prohibición de los ajustes de plantilla, en firmas que prorroguen los Ertes, las condena a la desaparición
Con su inflexibilidad en este capítulo, la ministra Yolanda Díaz busca dar imagen de firmeza, ahora que se encuentra cuestionada incluso por Podemos y su líder, Pablo Iglesias. Pero las verdaderas víctimas de ese enfrentamiento político serán las miles de empresas a las que se priva de medios para sobrevivir.