Se habla de la tramitación express de la ley Celaá, del populismo de Iglesias y de los bares catalanes
El Tsunami
La tramitación express de la reforma educativa
El manejo de los tiempos que realiza este Gobierno es cuanto menos llamativo. Existen medidas que acumulan meses e incluso años de retraso, como el nombramiento de un presidente no interino en RTVE que sustituya a Rosa María Mateo, y otras que van a toda velocidad a pesar del coronavirus, las críticas y la falta de consenso. Es el caso de la Ley de Educación, impulsada por la ministra del ramo Isabel Celaá. De ahí que a esta reforma llamada a sustituir a la Lomce se la conozca como Ley Celaá. Pues bien, se comenta que el Ejecutivo pretende liquidar en solo cinco sesiones en el Congreso las más de 1.100 enmiendas que se han presentado. Además, dicen que tampoco se aceptarán nuevas comparecencia de representantes de la comunidad educativa, ya que ralentizarían la aprobación de la reforma. Ni qué decir tiene que las prisas que el Ejecutivo muestra con la Ley Celaá han generado las críticas de la oposición, que han tildado de "atropello" el método elegido para tramitar la norma. Con todo, desde el Ministerio de Educación se quiere dar una razón a este repentino acelerón que se ha dado a la reforma. "Se busca una rápida aprobación en el Congreso porque luego tendrá que ir al Senado y el objetivo es que la nueva normativa entre en vigor para el inicio del curso 2021-2022", dicen en el equipo de Celaá.
La solapada llamada de Iglesias a la lucha activa
Pablo Iglesias fue el encargado de inaugurar la pasada semana el Foro de Movimientos Sociales, que su propio equipo de vicepresidencia del Gobierno había organizado. Durante el discurso Iglesias olvidó el puesto de responsabilidad que actualmente ocupa en el Ejecutivo para convertirse en el líder de Podemos que hace no tanto pedía hacer escraches a los líderes del PP. Quizá por ello volvió a animar a los presentes a mostrar músculo en las calles para impulsar una "justicia social y progresista". Pues bien, desde Moncloa se comenta que esa arenga a que la sociedad regrese a la lucha activa y a tomar las calles ha sentado mal en el ala socialista del Gobierno, que critican que Iglesias siga haciendo este tipo de llamamientos a pesar de ser el vicepresidente del Gobierno.
El gran temor de los hosteleros catalanes
El cierre de los bares en Cataluña está generando un gran perjuicio económico a la hostelería. Con todo, se comenta que el gran temor que tiene el sector es que "los 15 días de restricciones decretados no sean suficientes y se prorrogue el cierre lo que causaría un daño irreparable a los negocios", dicen.