Opinión
Una incierta apertura de fronteras
elEconomista.es
España abre mañana sus fronteras a los visitantes de terceros países (ajenos a la UE). Los protocolos para su recepción en los aeropuertos (el 75% de los viajeros que pisan suelo español llegan por avión) serán muy semejantes a los ya aplicados desde mediados de este mes, cuando España volvió a recibir viajeros procedentes de países del área comunitaria Schengen.
Por tanto, seguirá teniendo un gran peso el análisis puramente visual de los recién llegados para determinar si representar algún tipo de riesgo sanitario. Se trata de un procedimiento demasiado rudimentario en sí mismo, pero resulta especialmente limitado en el control de un virus cuyos portadores pueden ser totalmente asintomáticos. Cuenta con base, por tanto, la recomendación del equipo multidisciplinar de 100 expertos que reunió Exteriores, referente a disponer de un medio más objetivo para calibrar el estado de salud de los viajeros, como era la realización de tests serológicos en su país de origen. En el difícil equilibrio entre seguridad y reactivación económica, se trata de una solución que presentaba ventajas por su flexibilidad. Los expertos preveían la posibilidad de abrir corredores seguros con otros países o incluso permitir la libre circulación entre Estados con una misma incidencia del virus. Además, el hecho de que el informe estuviera preparado ya desde hace un mes habría permitido una aplicación gradual de sus soluciones, buscando fórmulas para minimizar los perjuicios para los turistas potenciales, e incluso consensuando su aplicación con otros países.
España abre su comunicación con terceros países, ajenos a la UE, confiando aún en el control visual de los viajeros
España ha afrontado así a una apertura de sus fronteras que arroja incertidumbres sobre su seguridad a la espera de que la UE defina, de forma inminente, el protocolo de libre circulación de personas.