Opinión

Los retos del sector aeronáutico

    Los problemas del 737 MAX afectan a todo el sector

    Rosario Avilés

    Amaneciendo el año nos encontramos con la posibilidad de una nueva guerra en Medio Oriente, tras el asesinato del general iraní Quasem Soleimani y sus secuelas que aún no sabemos en qué podrían parar. Esto por sí solo incrementó los precios del crudo y esta variable es crítica para la industria del transporte aéreo, ya que las aerolíneas tienen estructuras de costos muy sensibles, donde el precio del combustible puede significar entre un 23 y un 30% del total.

    Antes de conocerse este dato, la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), que agrupa a las 270 aerolíneas más importantes del mundo, consideró que en 2020 las ganancias globales de las empresas de aviación serán de 29.300 millones de dólares, lo que marcaría el undécimo año positivo para la industria. Según IATA la demanda de pasajeros crecerá poco más de 4% y la oferta de asientos un 4.7% por lo que el empleo directo seguirá aumentando para sumar 2.95 millones de personas, un 1.6% más que en 2019.

    Todo apunta a que Boeing tendrá que reemplazar el MAX o cambiar su imagen y nombre

    Es decir, a pesar de todo, este año que empieza pinta bien en cuanto a crecimiento, aunque se ven algunas nubes en el horizonte. Del lado positivo, en el seno de la IATA consideraron que la labor de su director, el francés Alexandre De Juniac, ha sido muy exitosa y la junta directiva de la asociación global pedirá a la asamblea que se celebrará en junio, que se extienda el período de este ejecutivo que originalmente terminaría en agosto próximo.

    Y precisamente en junio se realizará la asamblea de IATA en Amsterdam, pues la aerolínea anfitriona, KLM, está cumpliendo el centenario de su fundación, que la convierte en la empresa de transporte aéreo comercial más antigua del mundo. La aviación es joven pero rica en experiencia y por eso hay algunos signos que resultan un poco preocupantes, aunque esperemos que en estos meses que vienen se despejen los nubarrones.

    Con turbulencia nos referimos en primer lugar, a la situación que vive la Boeing Co. de EEUU. Como mencionamos desde marzo pasado, el hecho de que diversos países decidieran bajar de vuelo la flota del modelo 737 MAX ha provocado una cascada de quebrantos para el gigante estadounidense, cuya cifra ya se eleva más allá de los 10.000 millones de dólares y aún no ha terminado de contabilizarse.

    Sin embargo, no todo se ha quedado en el modelo MAX. La Agencia Federal de Aviación de los Estados Unidos (FAA por sus siglas en inglés), ha montado una sistemática revisión con dureza inédita, sobre los procesos de la armadora con sede en el Estado de Washington que ha alcanzado a varios modelos, algunos que incluso ya van de salida, como el Boeing 727 al que se le localizó una "condición potencialmente insegura" en el sistema de combustible que podría provocar una explosión.

    Esto ocurrió apenas esta semana pero en meses anteriores la FAA ha detectado grietas y defectos en diversas aeronaves, todo lo cual muestra una inusual confrontación que no augura nada bueno para la empresa en los siguientes años, pese a su fortaleza como gran proveedor de armamento y equipo aeroespacial de Estados Unidos.

    Por lo pronto, sin embargo, tanto la FAA como la EASA (Agencia Europea de Seguridad Aérea) anunciaron que se reunirán con Boeing para agilizar el regreso del MAX, modelo que posiblemente deba ser reemplazado o al menos, cambiar de nombre.

    Como se ve, el 2020 se nos presenta variopinto, pero esperemos que los mejores pronósticos de crecimiento se cumplan para celebrar los 100 años de la aerolínea más antigua del mundo como en los mejores tiempos.