Adiós a la hucha de las pensiones
Julio Fernández García
El Fondo de Reserva da sus primeros latidos en el tan socorrido Pacto de Toledo (creado para dar viabilidad al actual sistema de reparto de caja), año 1995, no siendo hasta el año 2000 cuando recibe su primera aportación procedente del superávit de la Seguridad Social.
Fue creado en pleno ciclo expansivo de nuestra economía, caracterizado por una fuerte tendencia de crecimiento de empleo y una ausencia de indicios en el corto plazo de insolvencia por parte de la Seguridad Social, a raíz de la definición y correspondiente separación de las fuentes de financiación de las prestaciones contributivas y no contributivas.
El Fondo de Reserva de la Seguridad Social se creó para ?establecer un mecanismo de emergencia en el supuesto caso que los ingresos de la Seguridad Social no fuesen suficientes para satisfacer sus gastos en momentos puntuales. Por lo tanto, su pretexto, era establecer fondos especiales de estabilización y reservas destinadas a atender las obligaciones futuras del Sistema con la pretensión de salvaguardar los superávits.
Las dotaciones del fondo se efectuaban a través de los excedentes de ingresos que financian las prestaciones de carácter contributivo deduciendo los gastos necesarios para su gestión, siempre que la situación financiera del sistema de Seguridad Social lo permitiese, y el remanente de las mutuas colaboradoras con la Seguridad Social. Desde la primera aportación aprobada en el año 2000 hasta el 2010, año en que se efectúa el último ingreso, se han inyectado un total de 52.113 millones de euros. Su mayor valor patrimonial se alcanza en el ejercicio 2011 alcanzado este la módica cifra de 66.815 millones de euros.
Desde el ejercicio 2012 hasta la fecha, se ha aprobado en veinticuatro ocasiones la liquidez de parte del patrimonio, casi todas ellas en los meses de junio y diciembre para hacer frente a las pagas extraordinarias de pensiones, equilibrando los desajustes coyunturales del sistema.
En el presente ejercicio, en aras de atender la paga ordinaria y extraordinaria de más de 9,5 millones de pensiones, superando el fatídico umbral de los 19.000 millones de euros, el Gobierno utilizará hasta 3.598,20 millones de euros de la citada "hucha de las pensiones" según la autorización del último "viernes social". En caso de disponer de todo lo autorizado, dejaría el fondo con apenas 1.400 millones, después de hacer liquido un total de 77.437 millones.
Sin reformas, las pensiones de las generaciones futuras están en riesgo
El agotamiento del citado fondo viene provocado por el déficit creciente e incesante que llevan presentado las cuentas de la seguridad social desde el año 2012. La insuficiencia de los ingresos contributivos no solo viene provocada por el fuerte descenso de la ocupación durante la crisis, sino, también, por un desequilibrio de cinco años fruto del principio de solidaridad intergeneracional de nuestro sistema público de pensiones basado en un sistema de reparto. A día hoy un jubilado que entra a formar parte del colectivo de pensionistas percibe un 32 por ciento más de lo que ha aportado al sistema.
Cierto es que podríamos haber evitado el descenso del fondo sino se hubiese suprimido la limitación incluida en la Ley General de la Seguridad Social, según la cual las disposiciones no pueden superar anualmente el 3 por ciento de la suma de los gastos en pensiones contributivas y en su gestión, al igual que si se hubiese aplicado el índice de revalorización de las pensiones (IRP) y se hubiese puesto en escena el factor de sostenibilidad.
No obstante, una vez agotado el fondo reserva y muy probablemente ligando la revalorización de las pensiones, de nuevo, al IPC y por lo tanto incrementando en 16.500 millones de euros el descuadre de la Seguridad Social, se seguirán financiando las pensiones mediante las cotizaciones sociales, en un gran porcentaje, pero para hacer frente a un mayor déficit tendrán que complementarse con otros recursos públicos y/o mermando la tasa de sustitución.
Ligar los pagos al IPC incrementará el descuadre que la Seguridad Social presenta
Hasta la fecha el fondo de reserva había sido un alivio, pero ahora es un motivo más para la alarma, ya que está casi vacío y sus ahorros no son ni han sido suficientes para pagar las deudas acumuladas por la Seguridad Social.
Estaremos expectantes en tener pleno conocimiento sobre famoso "plan estratégico" a cinco años vista para la "reorientación del transatlántico" con el fin de poder hacer frente a las obligaciones futuras cuando se jubile la generación del baby boom. La polémica con relación a la viabilidad de nuestro sistema público de pensiones sigue acaparando gran protagonismo, conviviendo con las protestas por parte de los pensionistas y apoyando la mayoría de los partidos la revalorización indexada al IPC, con el fin de mantener el poder adquisitivo de los jubilados.
Por lo tanto, se antoja imprescindible la configuración y formación de un gobierno, al igual que poner en marcha la comisión parlamentaria del Pacto de Toledo, para afianzar la sostenibilidad y suficiencia del sistema, siendo imprescindible acometer reformas que satisfagan a las generaciones presentes y que no pongan en riesgo el progreso de las generaciones del futuro.