Opinión
Frankenstein y la banca
Juan Fernando Robles
Es obvio que para Pedro Sánchez lo que más importa es gobernar, independientemente de si después de hacerlo queda algo que gobernar. En un momento en que la economía española baja por la pendiente de la desacerelación, lo que faltaba es anunciar un gobierno de coalición con Podemos para que todos los indicadores se despeñen a gran velocidad. El programa populista de Podemos ataca todos los ejes de la confianza empresarial y la agenda oculta de ministerios que va a controlar lo único que genera es mayor recelo y parálisis en quienes toman decisiones de inversión.
Me centraré en las consecuencias para la banca que generará esta coalición de conseguir el apoyo del independentismo catalán y convertirse en un hecho. El mero anuncio, ya ha hecho caer el valor de la banca en más de 6.000 millones de euros, puesto que sería uno de los sectores más directamente afectados por la influencia de un partido que será llave de la estabilidad del Gobierno y que tendrá una gran capacidad de imponer sus políticas al teóricamente más mayoritario PSOE, que rinde sus 120 escaños a los 35 de la formación morada otorgando, de entrada, nada menos que una Vicepresidencia a su líder. El PSOE ha preferido virar hacia la extrema izquierda que intentar una coalición a la derecha y ese giro le va a costar a los españoles más paro, más impuestos y, al final, más déficit y deuda en un momento en el que estamos al límite de nuestras posibilidades.
La banca pública es un nido de enchufados ineficaces que no vale para casi nada
Bankia es de las entidades financieras más perjudicadas puesto que está en el punto de mira de Podemos para convertirla en esa banca pública que predica para dar crédito a los comercios y a las pymes, que es lo que ya está haciendo, por otra parte. En España ya nos libramos de la banca pública al privatizar Argentaria y no era sino un nido de enchufados ineficaces que valía para casi nada, como suele suceder con lo público en la mayoría de las ocasiones. Nos quedaron muchas cajas de ahorros controladas por políticos y ya sabemos todos como acabaron la mayoría. Pienso que a lo mejor quieren que quiebre Bankia, me temo, porque si ha de hacer las cosas con criterios políticos y no profesionales, es decir, con sus criterios, el camino de la entidad está servido. Por otra parte, España adquirió el compromiso de privatizar Bankia en diciembre de 2017, aunque se ha prorrogado hasta 2021. Cuánto más se afecte al valor de Bankia no despejando las incógnitas sobre cuál será su futuro cuanto antes, más difícil será la privatización, aunque quizás eso es lo que se pretende.
Pero si Bankia ya padece las ocurrencias podemitas, no menos le sucede al resto del sector. Podemos quiere impuestos adicionales para la banca con el falaz argumento de que debe devolver a la sociedad las ayudas recibidas, sin caer en la cuenta, o cayendo, pero vendiendo la moto, de que serán los propios clientes de la banca, es decir, todos, los que pagarán esos impuestos. Todo impuesto se repercute a los clientes, con lo que esta nueva ocurrencia, que creen tan justa, lo que provocará, de llevarse a la práctica, es mayor encarecimiento de los créditos y los servicios bancarios.
La banca también se ve afectada por el ciclo económico y Podemos en el Gobierno acelerará la fase contractiva de la economía y puede provocar una recesión, dado que afecta a la inversión y a la confianza de los consumidores, que finalmente deprimirá el consumo. Las políticas en el mercado laboral, en la intervención de mercados y en las subidas de impuestos enfriarán la economía, lo que lleva aparejado un crecimiento de la morosidad bancaria, la caída del crédito y el recorte de los beneficios, ya de por sí escuálidos. Y como la banca es procíclica todo esto provocará una mayor caída de la economía.
Las medidas de intervención en el mercado inmobiliario también afectan a la banca directa e indirectamente. Por un lado, porque pretenden eliminar la libertad de las entidades para disponer de los inmuebles que se adjudiquen, obligándoles a su alquiler o a la puesta a disposición de la Administración, y por otra porque intervenir en el mercado de alquileres, como se pretende, limitándolos, afecta al valor de los inmuebles y desincentiva la participación de inversores.
Si Podemos se conforma con ser un florero en la mesa del Consejo de Ministros, España y su economía saldrán ganando, pero si Pedro Sánchez y el PSOE abrazan las políticas populistas de su socio le habrán dado la puntilla a la desaceleración convirtiéndola, sin remisión, en recesión. Los bancos sufrirán, es obvio, y con ellos de acompañamiento todos los españoles. Ojalá los independentistas hagan el servicio a la nación, a la que ellos quieran, de evitar este Gobierno.