Opinión

Sensatez, valentía y proyecto (II)

    Banderas de España y Cataluña

    Julio Anguita

    Puede resultar ingenuo y cándido recurrir a la sensatez para abordar el conflicto que localmente se manifiesta en Cataluña, pero que afecta a la estructura misma del Estado diseñado en la Constitución.

    Ese conflicto - larvado a veces y manifiestamente virulento en otras- ha existido durante siglos sin que haya encontrado una voluntad política común para abordarlo con perspectivas de construir un nuevo marco estable para la convivencia. Durante siglos se ha puesto en práctica la máxima de Ortega y Gasset que decía que con Cataluña a lo más que se podía llegar era a conllevarse. ¿Cómo se ha ido expresando y planteando el problema? Para enfocar esta cuestión, reproduzco una serie de citas breves que inducirán a reflexionar y a continuar indagando.- Antonio Alcalá Galiano (1768- 1865) ante las Cortes de Cádiz: "Uno de los objetivos principales que nos debemos proponer nosotros es hacer a la Nación Española una nación, que no lo es ni lo ha sido hasta ahora".

    - Valentín Almirall. Ideólogo del catalanismo: "Los catalanes son en general tan españoles como los habitantes de las demás regiones de España".

    - José Ortega y Gasset: "Dado que España no existe como nación, el deber de los intelectuales es construirla".

    - Pere Bosch i Gimpera: "España, que no ha encontrado todavía la fórmula de equilibrio y de una organización estabilizada…".

    - Pedro Laín Entralgo. "La dramática inhabilidad de los españoles, desde hace siglo y medio para hacer de su patria un país satisfecho de su constitución política y social".

    -Jordi Pujol (26 de septiembre de 1994) en el Senado, refiriéndose a la especificidad de Cataluña en el mar-co del Estado de las Autonomías: "Cataluña defiende una tercera cosa, partiendo de la voluntad de hacerlo dentro de España". Pero dice algo más: "La Cataluña de hoy es el resultado de dos grandes realidades históricas. La primera, la Cataluña medieval, la que configuró el territorio, la lengua, la cultura, el derecho, la vivencia colectiva de pertenencia...la segunda realidad, que se insertó sobre la primera...fue la revolución económica y social iniciada en el siglo XVII que de una forma u otra ha llegado hasta el momento actual".

    Las anteriores palabras constituyen una clave para entender una de las características fundamentales del catalanismo no independentista: su raíz burguesa. ¿Cómo ha sido el proceso que le ha hecho derivar hacia el independentismo? La respuesta obedece a la exacerbación y priorización del discurso de la España esencial y eterna, las alegrías de Rodríguez Zapatero, los errores y el ensimismamiento patrio del PP (tanto en el Gobierno como en la oposición) y los incidentes ocurridos en septiembre de 2011 cuando los indignados rodearon el Parlament, obligando al president, Artur Mas, a salir del mismo en helicóptero.

    Enfrentarse al mito independentista de 'España nos roba' exige paciencia y raciocinio

    Estos hechos -que comentaré- han sido velados por la suplantación de la política por el mito. Decía Levy Strauss que el mito se configura de tal manera que se constituye a sí mismo como explicación única. El mito, en definitiva, sustituye la razón por la creencia ciega y la comodidad mental inherente a ella. La España unida y homogénea de los Reyes Católicos es el mito españolista y la Cataluña oprimida y saqueada por España es el independentista. Enfrentarse racionalmente a los mitos exige paciencia y raciocinio. Cosas que no abundan hoy por hoy. Y menos en campaña electoral.