Opinión

Las empresas y el desafío del cambio climático

    Las empresas deben adaptarse a nuevos retos y nuevos hábitos de consumo

    Rubí Medina

    El cambio climático es un proceso cíclico natural que se ha visto agravado por la acción humana, principalmente por las emisiones de CO2 de las empresas (debido a la quema de combustibles fósiles), lo que ha dañado la capa de ozono. Si las emisiones continúan al ritmo actual es probable que se alcance un aumento de temperatura de 1,5 grados centígrados entre 2030 y 2052 , lo que implicaría pérdidas irreversibles de muchos ecosistemas. De acuerdo con la ONU, el cambio climático es el mayor desafío de nuestro tiempo y estamos en un momento decisivo para hacer algo al respecto.

    El cambio climático representa un desafío para las empresas, debido a que puede afectar sus procesos, así como sus costes, al tener que reducir el uso de determinadas materias primas o tipos de energías (por ejemplo, las provenientes de combustibles fósiles) o incluso tener que buscar sustitutos, viéndose en la necesidad de adaptar sus procesos, productos o servicios. Por lo tanto, las empresas deben invertir en sistemas de innovación que permitan desarrollar una economía baja en carbono.

    Las compañías deben invertir para adaptarse a una economía baja en carbono

    Por otro lado, es necesario optimizar los aspectos logísticos como el transporte de mercancías (rutas óptimas, vehículos de entrega, recogida de residuos, entre otras). Así como el uso de menos empaques derivados del carbono o fomentar la reutilización de estos, lo cual derivará en un cambio en la forma de transportar los productos o en la necesidad de implementar sistemas de logística inversa .

    En España, se ha creado un Clúster de Cambio Climático, coordinado por Forética y compuesto por 50 grandes empresas como IKEA, Calidad Pascual, Gas Natural Fenosa, entre otras. Este Clúster ha presentado el informe Cambio Climático y Ciudades: La acción climática de las empresas , donde se considera a las ciudades como un agente de impacto del cambio climático, además se identifican cinco palancas fundamentales para la acción climática en las ciudades: la movilidad sostenible, el desarrollo de infraestructuras y conexiones inteligentes, la eficiencia energética y el fomento de las energías renovables, el impulso de estilos de vida sostenibles y saludables e iniciativas para la innovación y la financiación de acciones climáticas en las ciudades.

    La gran importancia de la sostenibilidad en los clientes supone un reto para las firmas

    A pesar de los posibles desafíos generados por las medidas necesarias para combatir el cambio climático, las palancas antes mencionadas pueden ser vistas por las empresas y sobre todo por los emprendedores como nuevos nichos de negocio (por ejemplo, el desarrollo de empresas de movilidad sostenible, conexiones inteligentes y energías renovables).

    Por otro lado, el aumento de la conciencia en materia de sostenibilidad de los ciudadanos y consumidores puede generar que los clientes busquen productos que tengan un menor impacto ambiental e incluso estén dispuestos a pagar más por estos, aumentando las ventas de los productos sostenibles. Estos cambios en el estilo de vida sostenible de los consumidores pueden obligar a las empresas ya existentes a cambiar sus procesos o su forma de operar teniendo que apostar por energías renovables que permitan una transición a una economía libre de carbono. Además de fomentar la innovación en forma de nuevos materiales, servicios y soluciones en toda la cadena de suministro (por ejemplo, el desarrollo de nuevos tipos de empaques).

    Por otro lado, las empresas deben desarrollar una cadena de valor sostenible y operar con modelos de gestión sostenible así como contar con proveedores que se preocupen por los efectos del cambio climático. Una forma de comprobarlo es mediante la realización de auditorías a proveedores en materia de sostenibilidad.

    Otra cuestión importante es el trabajo conjunto y la cooperación de la triple hélice, es decir, Gobierno, Universidad y empresa. Esto permitirá el apoyo de la Universidad para el desarrollo de nuevas infraestructuras, sistemas óptimos y eficientes así como la innovación de los procesos, permitiendo una rápida aplicación de las innovaciones por las empresas y la intervención del Gobierno mediante iniciativas y políticas.