Opinión

Punto de inflexión crítico del PIB

    La economía española pierde impulso y se acerca a cifras preocupantes

    elEconomista.es

    La acumulación de alarmas sobre la economía española lleva a los expertos a pronosticar un crecimiento del 1,9 por ciento ya en 2019, tres décimas por debajo de lo que aún prevé el Gobierno. Un análisis superficial concluiría que es una pequeña corrección, máxime considerando que nuestro país tiene visos de liderar aún el crecimiento en la eurozona.

    Es más, la reforma laboral de 2012 provocó que, por primera vez, el PIB español no necesitara avances superiores al 2 por ciento para crear empleo. Ese escenario ya no es válido. Varios pilares clave de la reforma ya se desactivaron. Todo ello coincide con un periodo de avance de los costes laborales, por el alza récord del SMI y las precipitadas subidas salariales en la negociación colectiva. Por ello, la capacidad de crear empleo de las empresas merma (lo delatan los datos de septiembre) lo que contribuirá a ahondar más el enfriamiento que el consumo sufre. No cabe esperar compensación de sectores volcados al exterior: la industria, el agroalimentario y el turismo.

    La pérdida del 2 por ciento en el avance de la economía puede ser preámbulo de un deterioro mucho más hondo

    Cada uno cuenta con sus lastres. La inminente recesión alemana afecta a la actividad de las fábricas españolas, mientras la exportación de alimentos se verá penalizada por los nuevos aranceles de EEUU. Por último, la quiebra del turoperador Thomas Cook (sumada al Brexit) socava la llegada de turistas. Con tales variables en juego, la pérdida del 2 por ciento en el avance del PIB es un punto de inflexión crítico con consecuencias inmediatas, como la imposibilidad de cumplir el objetivo de déficit a largo plazo, y con riesgos a medio plazo, como una desaceleración más rápida de lo esperado en 2020. Se trata de unos riesgos de gran calado que el Gobierno no debería ocultar en su inminente informe a Bruselas del día 15.