Una gran oportunidad perdida en Estados Unidos
Adriana de Riva Harvey
E l 6 de septiembre, Howard Schultz, ex-presidente y dueño de la cadena de cafeterías más grande del mundo, Starbucks, anunció que retiraba su candidatura a la Presidencia de EEUU. Muchos ni siquiera sabían que había iniciado su precampaña a principios de este año, ni que lo hacía en la casi desconocida modalidad de Independent. Así es. Howard Schultz, empresario dueño de una fortuna de más de 4,5 billones de dólares, y creador de una de las marcas más conocidas y admiradas mundialmente, había decidido postularse a presidente. Y lo hacía fuera de la estructura de los dos partidos que han dominado la política americana durante décadas: republicanos y demócratas.
Fue una decisión valiente y rompedora, que desde el principio tuvo en contra a los líderes demócratas. Y es que, según ellos, Schultz, antiguo partidario del Partido Demócrata, ponía en riesgo sus posibilidades de derrotar a Donald Trump en las próximas elecciones generales en 2020. "Schultz quiere derrotar a Trump, pero en realidad dividiría el voto demócrata y haría que saliera reelegido", decía un miembro prominente del partido en febrero. Y tras meses de precampaña, Schultz finalmente se ha tenido que rendir ante las presiones y críticas de los que prefieren ganar unas elecciones, que dejar que el país decida lo que es mejor para su futuro.
El sistema bipartidista impida competir a candidatos de elevada valía
Schultz hubiese sido un candidato idóneo para atraer no solamente a los demócratas más moderados de centro, sino también a los republicanos que están descontentos con Trump. Schultz tenía un programa con ideas sensatas, de centro, basadas en principios económicos y sociales realistas y sostenibles. Cuando le preguntaban por qué se quería presentar como candidato independiente, ex-plicaba que el Partido De-mócrata de hoy no tenía nada que ver con el que siempre había apoyado. En una entrevista contestaba: "Mi conciencia no me deja apoyar a un partido que se está yendo a la extrema izquierda, y cuyos actuales candidatos están haciendo promesas falsas que nunca van a cumplir."
Nacido en Brooklyn, Nueva York, creció en una familia humilde de clase trabajadora y fue el primero de su familia en ir a la universidad. Su perfil de hombre hecho a sí mismo que había alcanzado el éxito a través del esfuerzo encarnaba perfectamente al "sueño americano", y hubiese atraído a un gran número de votantes. Al igual que Trump, Schultz nunca se había dedicado a la política antes de pensar en postularse para presidente. También podía presumir de no tener que depender de los grandes donantes porque, a diferencia de los otros candidatos, iba a autofinanciarse.
En cuanto a su política económica, Schultz estaba preocupado por la deuda pública. Creía en un modelo económico fiscalmente conservador y en reducir el gasto público que tanto había crecido con Obama, y que no se está corrigiendo bajo Trump. Schultz también tenía buenas propuestas para facilitar la creación de nuevas empresas y para fomentar una cultura de innovación e internacionalización. Sus credenciales para liderar el país en estas materias superaban con creces las de los demás candidatos.
En política social, Schultz estaba de acuerdo con que EEUU tenía que reformar su sistema de salud y en mejorar el acceso a una buena educación técnica y universitaria. Sin embargo, sabía que prometerle al electorado una Sanidad gratuita igual que en Europa (como están haciendo los demócratas Bernie Sanders y Elizabeth Warren), no sería económico ni organizativamente posible a corto plazo. EEUU es un país que depende de la sanidad privada desde hace décadas y que se enfrenta a unos costes infinitamente más altos que en Europa.
No obstante, Schultz tenía una visión humanista y social que lo diferencian de otros empresarios de éxito americanos, y que le hubieran dado la visión para hacer muchas reformas como presidente. Schultz hizo que Starbucks fuera una de las 100 mejores empresas para trabajar año tras año, ofrecía una gran variedad de beneficios sociales, incluido un seguro médico privado ejemplar, y la opción para que la firma pagara los estudios privados al empleado. También hizo que Starbucks fuera pionera en materias de sostenibilidad y medio ambiente e impulsó mucho la responsabilidad social corporativa.
Cabe destacar que todos los presidentes de EEUU han sido republicanos o demócratas desde 1852. El sistema americano está basado en un modelo presidencialista, mientras que en la mayoría de los países europeos al presidente lo eligen las Cámaras. Esto da lugar a que puedan nacer y tener éxito nuevos partidos. Sin irnos lejos, las últimas elecciones generales en España han servido para trastocar el modelo de bipartidismo presente durante más de dos décadas. Y qué podemos decir de Francia, donde en 2017 Macron creó el partido En Marche! desde cero y ganó las elecciones en el primer intento.
Sin duda, estos acontecimientos han propiciado diversidad y un dinamismo político, que permite que los ciudadanos ejerciten el voto de castigo y mantengan presionados a los partidos de siempre. Resulta decepcionante que el sistema presidencial y bipartidista de EEUU no permita que pase lo mismo. Con la retirada del candidato independiente Howard Schultz se ha perdido una gran oportunidad.