Opinión

El Gobierno de los Picapiedra


    Mariano Guindal

    Pedro Sánchez a veces es tan simple que recuerda a Pedro Picapiedra, el entrañable personaje de dibujos animados creado por Hanna Barbera: Grande, audaz, simple, brutote y engreído. Por el contrario, su "socio preferente" Pablo Iglesias como "Mármol" es más bien pequeño, calculador, maquiavélico y ambicioso. Ambos mantienen una relación de amor-odio, pero lo cierto es que ninguno de los dos puede vivir sin el otro.

    En el último episodio, Pedro y Pablo deciden forman un tándem para dirigir el país: "el Gobierno de los Picapiedra". Pablo exige a Pedro la vicepresidencia como pago por su apoyo. Pero éste se niega en redondo porque sabe que "el enano intentará robarme la cartera". Dado que no se ponen de acuerdo, deciden acudir a un ventrílocuo para que les preste sus muñecos que serán quienes negocien por ellos.

    Como los negociadores designados tampoco se ponen de acuerdo y se pelean con las estacas, Pedro tiene una idea genial para salir del "impasse". Ofrece a Pablo que sea su mujer, Betty, la vicepresidenta. "Al fin y al cabo, Betty ha trabajado de cajera en un supermercado y está familiarizada con los números". Pablo Mármol tiene que pensarlo, le parece poco, le gustaría tener su propio gabinete con ministros a quien mangonear.

    Pero cuando Pedro le cuenta a Vilma, su amante esposa, como ha logrado engañar al enano, le cae la del pulpo. ¡Hasta ahí podíamos llegar! Su amiga vicepresidenta y ella ama de casa. ¡Antes muerta que sencilla! Aquella noche, mientras la urbanización dormía, se oyó el grito de Pedro aporreando la puerta "¡¡¡¡Vilmaaa!!!! ¡¡¡Beeego!!!"

    Cualquier solución sería mejor que convocar nuevas elecciones, aunque nadie quiera ceder

    Cuando Pablo rechaza su último ofrecimiento, Pedro ve las puertas del cielo abiertas: "¡Pues ahora nada de nada, no te ajunto!", le dice. "Pues no te apoyo", le responde el otro.

    Pasa el tiempo, llega agosto, y Pedro y Pablo se van de vacaciones con sus respectivas familias. El Gobierno de los Picapiedra está en peligro. Nervios, crujir de dientes, gran expectación mediática. Es mucho lo que la nación se juega en esto. Si los Mármol no ceden, los Picapiedra convocarán nuevas elecciones ¡las cuartas en cinco años! Ambos amigos tendrán que enfrentarse a muerte en la campaña electoral y después ¿cómo van a pactar?

    Se lo podrían apostar a una carrera de troncomóviles, o poniendo a Dino, el dinosaurio de compañía, en la vicepresidencia… Cualquier solución sería buena antes de convocar nuevos comicios. No queda más solución que un gran pacto entre los Picapiedra y los Mármol ¿Quién cederá? La solución, en el próximo capítulo. ¡Eso es todo amigos!