Opinión

Sobre la economía española en relación con Iberoamérica


    Juan Velarde Fuertes

    La economía española se ha convertido en una muy abierta. Lo comprueban radicalmente los datos que ya se disponen de 2018. Hay que tener en cuenta, además, que se refiere a una realidad mundial con un cierto ámbito proteccionista, tanto como consecuencia de las decisiones de Donald Trump claramente manifestadas en 2018, como con la reacción de China y, en el ámbito de la Unión Europea con la aparición de realidades de ruptura como, concretamente, lo que se encuentra detrás del Brexit. Acaba de aparecer el volumen "El Sector Exterior de 2018", número monográfico de la publicación correspondiente al 1-30 de junio de 2019, número 3.112 del "Boletín Económico" del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, "Información Comercial Española". Gracias a esta aportación conocemos la posibilidad de efectuar una síntesis sobre España, con datos de la Organización Mundial de Comercio (OMC): "Se ha frenado la fuerte expansión exterior que ahora mantenía España, cuyas exportaciones crecen menos que las mundiales, aunque siguen manteniendo capacidad de financiación y suman ya cinco años de crecimiento del PIB, con saldo superavitario por cuenta corriente, con una novedosa característica en la historia económica reciente de nuestro país". Y otro dato significativo es que el porcentaje que indica la cuota de mercado de las exportaciones españolas respecto a las mundiales, que en 1983 era del 1,07 por ciento, en 2018 ha pasado a ser del 1,77 por ciento, un incremento del 72 por ciento.

    Pero todo eso se liga a un fuerte y continuo desarrollo del PIB español, muy alto por lo que respecta a la comparación con el conjunto de la UE y, simultáneamente, el saldo de la balanza por cuenta corriente, fue en 2018 de 11.259 millones de euros, y si tenemos en cuenta el saldo de la cuenta de capital, el conjunto global del saldo positivo de ese año fue de 17.640 millones de euros. Sesenta años antes, cuando se ponía en marcha el Plan de Estabilización, que fue el modelo evidente adecuado para esta transformación, este panorama era absolutamente impensable.

    Pero, he aquí que, por mil motivos, no sólo económicos, sino históricos y políticos, España también ha cambiado respecto a un cierto conjunto, el iberoamericano. Y ese dato conviene tenerlo en cuenta precisamente en estos momentos, en los cuales se produce el comienzo de una vinculación económica entre la UE y Mercosur. Esto interesa mucho a España, la cual por su cuenta, ya había iniciado lo que se puede calificar con el nombre de una presencia mayor en el ámbito iberoamericano debido a las ventajas de tipo cultural y social que tiene con todo el ámbito de ese conjunto. Concretamente basta citar, por ejemplo, las aportaciones del profesor García Delgado sobre el papel que, en este sentido, tiene el idioma español, así como otras características fruto de una política secular americana desarrollada por los gobernantes de Madrid que en nada se parece a las que se efectuaron, por ejemplo, en África y Asia por Inglaterra o por Francia. He ahí que, como consecuencia, dentro de la expansión hacia situaciones de ampliación de los mercados, nos encontramos con una presencia creciente de España en Iberoamérica. Lo ratifican las cifras que aparecen en la citada publicación "El Sector Exterior en 2018". En primer lugar, hay que tener en cuenta que España se ha transformado, en el ámbito mundial, en un país exportador importante. En la estadística de la exportación de mercancías, en el año 2018 observamos que, el orden de las ventas de mercancías al exterior por su aportación global, se encabeza por China, seguida de Estados Unidos y, por su orden sucesivo, por Alemania, Japón y Países Bajos. España ocupa en ese ámbito mundial el puesto 17, y en 2018 el valor de las mercancías exportadas fue de 345 millones de dólares, con un aumento del 8 por ciento, lo que significa el impulso a ese 1,77 por ciento que ya se ha señalado. Y en ese ámbito concreto nos encontramos en 2018 con un 77 por ciento de la cifra de exportación de mercancías del Reino Unido. Mucho ha cambiado todo. Desde el otro mundo estarán felices nuestros librecambistas del siglo XIX.

    España, uno de los países exportadores más importantes, ha frenado su expansión exterior 

    Concretamente, a Iberoamérica en conjunto, en 2018, el valor de las exportaciones españolas fue de 15.319,1 millones de euros, situándose en cabeza las dirigidas a México, a Brasil, a Chile y a Argentina, por este orden. Y he aquí que nos encontramos en la Unión Europea, y ésta acaba de dar un salto respecto al conjunto iberoamericano de Mercosur, constituido por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay; el intento de incluir a Venezuela, naturalmente, se ha esfumado por el caos originado en su economía a causa del chavismo. Esto, por lo que respecta a España ha hecho surgir problemas. El primero, que afecta en mayor o menor grado al conjunto de la UE, es lo que se refiere al ámbito rural de nuestro continente. Basta tener en cuenta, por ejemplo, las dificultades que por ese motivo pueden surgir en las cotizaciones de ciertos productos –ahora mismo, y en relación con la competencia brasileña basta recordar el tema del plátano canario- y repasando la historia, es preciso traer la memoria de todo el conjunto de problemas que tuvo España para ingresar en el ámbito comunitario debido a la postura de Giscard D'Staing ante la presión electoral del mundo agrícola francés. Y en el caso concreto de España, tampoco es posible olvidar el cataclismo que originó en el mercado triguero, la contratación de una cierta cantidad de trigo argentino que coincidió con una buena cosecha del mismo cereal en el conjunto español. En el mercado de los productos agrarios amenaza siempre la famosa ley económica de King. Alteraciones posibles de la PAC son rehuidas en principio, y he ahí que los choques derivados de esa novedad afectan a la PAC, y positiva y negativamente a España. El debate se acaba de abrir, y es posible que dejemos de atenderlo como prioritario, porque por otro lado, los intereses económicos españoles en el ámbito económico iberoamericano, tienen otro componente.

    De algún modo lo sintetizó la portada de Time de 8 de mayo de 2008, que se reproduce, y que intenta sintetizar una especie de marcha empresarial española –véase la bandera- como una especie de nueva llegada al Nuevo Mundo, ahora a través de inversiones empresariales importantes.

    Cifras recientes, que se encuentran en el citado volumen "El Sector Exterior en 2018", confirman que esta idea, de presencia económica creciente en Iberoamérica por parte del mundo empresarial español, está en marcha, ampliando la base ya citada de unas mayores ventas de exportación española.

    Cerca de la tercera parte de las inversiones españolas que se dirigen a otros países, se efectúa en el área iberoamericana. Téngase en cuenta que el total de la inversión española media 2014-2018, fue de 32.552 millones de euros.

    El acuerdo UE-Mercosur supone una clara oportundiad para nuestro país

    El comercio exterior y las inversiones españolas son, pues, problemas muy relacionados con Iberoamérica, con consecuencias que no se soslayan, porque el nuevo modelo económico español nacido en 1959, ampliado actualmente a partir de nuestra presencia en el ámbito comunitario desde 1986, se liga, de modo cada vez más intenso, con cuestiones nada menos que relacionadas con herencias del conjunto de nuestra historia. Y quedan aún problemas adicionales. Uno, que no se puede desconocer, es el de los movimientos migratorios, unidos al hecho de que cierta demografía presente actualmente en España plantea problemas respecto a lo que puede suceder con nuestra población activa dentro ya de pocos años. Y todo eso se relaciona con que España es uno de los miembros de la UE que tiene planteamientos -como por ejemplo los que se muestran sensiblemente en Italia-, y oficialmente complican las cuestiones de inmigración iberoamericana por la presencia de lo que tiene lugar en el Mediterráneo.

    Todo lo dicho exige, pues, una reelaboración muy seria, y ampliada desde el ámbito de la UE con Iberoamérica.