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El miedo a conducir se puede combatir: la Fundación CEA enseña cómo superarlo

  • Los asistentes valoran especialmente las prácticas de control del vehículo
Practicas de conducción en el curso de Amaxofobia de la Fundación CEA.

Juan Ferrari

Se cuentan por miles las personas que, a pesar de haberse sacado el carné de conducir con la esperanza de ganar libertad pudiendo llevar un coche, se quedan bloqueadas y no se atreven a sentarse al volante. Algunas han generado este miedo ante un suceso traumático, como un accidente o alguna mala experiencia, otros simplemente no se sienten confortables y han ido dejándolo hasta haber abandonado totalmente la conducción. Se llama amaxofobia. | Unas gafas para perder el miedo a la conducción.

La Fundación CEA ha elaborado un curso para aquellos que la padecen con la intención de reconducirles para que puedan superar esta fobia. Son cursos de fin de semana que se componen de una sesión teórica impartida por un psicólogo que explica los vericuetos del miedo y, más específicamente, el miedo a conducir.

El curso, que es gratuito, se dirige a conductores que hayan sido víctimas de accidentes de tráfico y tras ellos, padezcan síntomas relacionados con el miedo a conducir. Los afectados por esta fobia evitan la conducción en autovías, circular a gran velocidad, ir sobre puentes o túneles, situaciones con mucho tráfico y/o condiciones climatológicas adversas, la responsabilidad de llevar a más personas, etc.

Explicaciones teóricas sobre el miedo.

La mañana del sábado se compone de prácticas al volante más o menos agresivas, para que los que padecen la amaxofobia comprendan que el coche es una máquina que responde al conductor: acelera y para cuando se lo pides y no al revés. Como debe ser, las prácticas van de menos a más y todas (cuatro o cinco) las realizan todos los asistentes al curso sin excepción, siempre acompañados de un monitor que les explica las maniobras correctas que deben hacer y las perfeccionan durante la práctica, que repiten tres o cuatro veces cada uno.

Arrancan con el manejo del volante para giros bruscos con el fin de esquivar conos que, al principio, suelen tirar los alumnos, pero poco a poco van ganando en confianza. Después, frenazos bruscos, maniobras de evasión de 

Arrancan con el manejo del volante para giros bruscos con el fin de esquivar conos que, al principio, suelen tirar los alumnos, pero poco a poco van ganando en confianza. Después, frenazos bruscos, maniobras de evasión de obstáculos en medio de la calzada a una velocidad considerable para terminar con el control del vehículo ante un acuaplaning. Todo muy espectacular, pero fácil.

Prácticas del manejo del vehículo en el curso de Amaxofobia de CEA.

El uso del cinturón

Posteriormente, hay dos experiencias prácticas, de carácter voluntario, para que los asistentes puedan comprobar de primera mano los efectos de un accidente: en la primera, se reconstruye el impacto a 20 kilómetros por hora para que se aprecie el efecto sobre el cuerpo y, más importante, para que aprendan a prepararse para un impacto inminente e inevitable. Presionar los pies para evitar al máximo el latigazo cervical, entre otras precauciones.

La segunda consiste en entrar en un vehículo que, literalmente, se pone "ruedas arriba" para que se experimente qué siente una persona, conductor u ocupante, cuando el coche en el que viaja ha volcado. Y muy importante, para que comprendan la importancia de llevar el cinturón de seguridad. Para ello, los ocupantes se quedan sostenidos en el vacío exclusivamente por el cinturón. También se les enseña las cinco maniobras para poder soltarse del cinturón sin sufrir daños.

Máquina para poner boca abajo a los ocupantes de un coche.

Un servidor asistió de espectador a uno de los cursos y pudo comprobar el interés que despertaron todas estas experiencias en los asistentes, mayoritariamente mujeres de todas las edades. Especialmente contentas por las maniobras realizadas al volante. Otra cosa, es como reconocen, que estas experiencias de choque sean suficiente para que vuelvan a conducir. Al menos lo intentan.

Estudio

La Fundación CEA ha abordado el curso tras la realización de este estudio para actualizar los datos que hasta ahora habían sido recabados por análisis llevados a cabo entre los años 2005 y 2012. Teniendo en cuenta el aumento de personas afectadas y el alcance de esta problemática que ya afecta a más del 28% de los conductores, consideraron necesario profundizar en los motivos que lo causan para ayudar con más conocimiento de causa a las personas que lo sufren, por ello, por primera vez el estudio se ha llevado a cabo únicamente con personas que tienen amaxofobia.

Actualmente y gracias al estudio, la Fundación CEA ha descubierto que al miedo a conducir le precede problemas de ansiedad más que de amaxofobia. No todas las personas que tienen miedo a conducir han sufrido necesariamente un accidente de tráfico en su vida, más bien, cada vez es mayor el número de personas que se ven afectadas por este miedo siendo la causa principal los cuadros de ansiedad como, por ejemplo, claustrofobia, agorafobia y acrofobia entre otros.

También se ha podido saber que la amaxofobia la sufren tanto hombres como mujeres, hasta ahora los estudios realizados indicaban que las mujeres en un porcentaje altamente mayoritario eran quienes lo sufrían, sin embargo, se puede confirmar que el 55% de quienes lo sufren son mujeres frente al 45% de hombres.

Sin embargo, la conducción originalmente se ha identificado con el género masculino, es por ello, que a los hombres les cuesta más reconocer que tienen problemas de ansiedad o miedo a conducir tras un accidente de tráfico. Bien es cierto que las mujeres muestran mayor nivel de preocupación en la conducción que los hombres y eso les conduce a sentir ansiedad en la conducción o miedo a conducir.

Para superar la amaxofobia lo primero que se debe trabajar es la regulación de las emociones, hay que identificar estas emociones a nivel físico y psicológico para poder desarrollar estrategias de afrontamiento adecuadas hasta conseguir de forma gradual el control en sí mismo y en el vehículo, trabajar a su vez la autoestima que en el caso de las mujeres suele ser baja sobre todo en los casos en los que han aprendido a conducir bajo las órdenes de un hombre.