Next Generation

La comunidad se posiciona como referente de la transición verde en Europa

  • La Unión Europea promueve políticas de movilidad sostenible basadas en vehículos eléctricos y de hidrógeno.
  • Si Aragón consumiese toda la energía de origen renovable que produce, podría abastecer en torno al 125% de su consumo eléctrico.

Miguel Merino Rojo
Madrid,

El tiempo y el clima que hace en un lugar específico puede sufrir cambios relativamente rápidos: de una helada mañana y un sol resplandeciente puede sucederle, en cuestión de horas, una tarde lluviosa y de temperatura suave. El clima, sin embargo, suele tener cambios menos vertiginosos y más dilatados en el tiempo, pero también cambia. De hecho, el clima ha sufrido importantes cambios a lo largo de la historia de la Tierra, pero siempre debido a causas naturales.

Por ejemplo, el último periodo glaciar, que finalizó hace unos 10.000 años, se caracterizó por un clima mucho más frío que el actual y los glaciares ocuparon la mayor parte de la superficie terrestre.

El cambio climático actual es una realidad y se diferencia de los anteriores por dos motivos, principalmente: sus causas y su velocidad. Los científicos coinciden en que el actual cambio está ocurriendo demasiado rápido y dificulta que la naturaleza pueda adaptarse a las nuevas condiciones y en marcar la emisión de gases de efecto invernadero como la principal causa.

Se puede observar a lo largo de todo el planeta a través del ascenso generalizado de las temperaturas medias, la subida del nivel del mar, el deshielo permanente del Ártico o el aumento de las meteorologías extremas.

Según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, en nuestro país se pueden observar efectos notables como el alargamiento de los veranos, estimados por AEMET (Agencia Estatal de Meteorología) en casi cinco semanas desde los años 70; la disminución de los caudales medios de los ríos, llegando a más del 20% en las últimas décadas; la expansión del clima de tipo semiárido, con un aumento de más de 30.000 Km2 y el incremento de las olas de calor.

Movilidad sostenible

Este tipo de movilidad implica garantizar que nuestros sistemas de transporte respondan a las necesidades económicas, sociales y ambientales, reduciendo al mínimo sus efectos negativos. Desde 1995, el Gobierno de Aragón gestiona una red automática de control de la calidad del aire, como herramienta eficaz que permite registrar los niveles de concentración de los principales gases y partículas contaminantes. Por ello, mediante estrategias de movilidad sostenible, promovidas por la Unión europea, persigue el objetivo de reducir al máximo la emisión de gases de efecto invernadero.

En este aspecto, Aragón lidera unos de los proyectos europeos más ambiciosos en relación con la movilidad respetuosa con el medio ambiente, el proyecto SMART-HY-AWARE. La iniciativa, enmarcada dentro del Programa Interreg Europe, tiene una duración de cuatro años y cuenta con un presupuesto de 1,3 millones de euros para promover la movilidad basada en el hidrógeno y la electricidad.

Su objetivo es lograr una transición ecológica hacia una economía baja en carbono y los menos contaminante posible. Diferentes regiones de Reino Unido, Países Bajos, Italia, Grecia y Hungría intercambiarán su experiencia y trabajara de manera conjunta para mejorar sus políticas de descarbonización del transporte. En Aragón, el grupo de agentes de interés participantes incluye, entre otros, a clústeres como el de automoción y el de logística, el Instituto Tecnológico de Aragón, el Consorcio de Transportes del Área metropolitana de Zaragoza, y diferentes empresas privadas del sector de la automoción y le transporte.

Cada semestre, hasta finales de 2022, el Instituto Aragonés de Fomento llevará a cabo reuniones con estos grupos de interés para compartir los conocimientos adquiridos de los distintos socios europeos, recibir sus sugerencias como expertos en la materia, identificar las buenas prácticas que hayan tenido éxito en Aragón, y participar en el diseño de futuras políticas públicas que promuevan la movilidad basada en el hidrógeno en la región.

Energía renovable

La comunidad se posiciona como una de las líderes en el despliegue de energías renovables a nivel nacional. De hecho, el 35,2% de la energía total consumida en Aragón fue generada a través de sistemas solares y eólicos. Se puede observar el positivo efecto de las políticas de descarbonización promovidas por Europa en los últimos años, ya que la generación de energía gracias al carbón solo supone el 1,4% del total.

Sin embargo, todavía hay un fuerte peso del gas natural y los productos petrolíferos en la energía de la región, y suponen el 33,6% y el 30% respectivamente. Y gracias a la operación del sistema nacional, a través de Red Eléctrica, los más de 17.000 mw/h que produce Aragón se distribuyen también a otras CCAA que son deficitarias, proceso que lidera esta región junto a las de Castilla-León y Galicia.

El sector de las energías renovables se trata de uno de los pocos que se ha librado de los zarpazos económicos de la pandemia y mantiene una pujanza deslumbrante, con innumerables inversiones, constantes compraventas de activos y nuevos agentes que desembarcan en las tres provincias, sobre todo en las de Zaragoza y Teruel. Prueba de ello son los casi 1.000 megavatios (MW) de parques eólicos y fotovoltaicos puestos en servicio el pasado año, según los datos provisionales facilitado por Red Eléctrica de España (REE).

Con esta potencia verde se ha suplido casi todo el hueco que ha dejado el cierre de la térmica de carbón de Andorra, que el pasado 30 de junio desconectó del sistema sus 1.056 megavatios. Todo ello consolida el protagonismo de la comunidad en el proceso de descarbonización de la electricidad que se libra a nivel español y europeo.

En 2020 la energía eólica fue la tecnología renovable que aportó más electricidad al sistema y Aragón está entre las tres comunidades autónomas que más electricidad generó con el viento.