Por qué España es una 'democracia plena' al mismo tiempo que puede mejorar
- El término 'democracia plena' ha sido la última discrepancia del Gobierno
- Un apelativo que ha otorgado el 'Democracy Index 2020' a España
- España obtiene un 8,12 y la posición 22 del mundo, pero puede mejorar
Yago Gantes
Madrid ,
El binomio España y democracia plena ha sido el protagonista de uno de los últimos desencuentros entre los dos partidos políticos que sustentan el Gobierno de España. La polémica saltó a raíz de que la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, recriminase al jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, la comparación entre la situación del opositor Alexéi Navalni con la de los responsables del referéndum ilegal del 1 de octubre del 2017. Un reproche que no compartió el vicepresidente Pablo Iglesias, que una entrevista en el diario catalán Ara declaró que "no hay una situación de plena normalidad política y democrática en España cuando los líderes de los dos partidos que gobiernan Cataluña, uno está en prisión y el otro en Bruselas".
Las declaraciones del secretario general de Podemos pronto fueron desacreditadas por el resto del Ejecutivo socialista. La ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, Maria Jesús Montero, las encuadró dentro de las estrategias electorales del partido morado. A su vez, la ministra de exteriores puso sobre la mesa el informe Índice de democracia 2020. Un trabajo elaborado por The Economist Intelligence Unit que cataloga a este país como una de las 23 democracias plenas que existe en el mundo. Un apelativo que también consiguen otras naciones como Alemania y todos los países nórdicos, pero que no tienen Francia, Italia, Grecia y Portugal que son clasificadas por el informe como 'democracias defectuosas'.
A pesar de la discrepancia y el informe del medio de comunicación, el vicepresidente segundo y líder de Podemos se reafirmó en sus declaraciones durante una entrevista posterior en RAC 1, en el marco de la campaña de las elecciones catalanas. "Es una obviedad que vivimos en una democracia mejorable". Una postura que mantiene, a pesar de que las elecciones han pasado, y que todavía cosecha protagonismo hoy, como en la sesión de control al Gobierno de este miércoles. "España es una democracia plena", ha respondido el presiente del Gobierno, Pedro Sánchez, a una pregunta de la presidenta de Cs, Inés Arrimadas.
Las tesis parecen contrapuestas. Sin embargo, ambos dirigentes tienen razón en lo que dicen. Joan Hoey, directora regional para Europa y autora del Índice de democracia de The Economist Intelligence Unit explica en una entrevista a este medio por qué España es una de las 23 democracias plenas del mundo pero también qué aspectos puede mejorar. "El uso de la fuerza por parte del gobierno nacional en su intento de evitar un referéndum ilegal el 1 de octubre de 2017, la posterior disolución temporal de la Generalitat de Cataluña y la suspensión del parlamento y el encarcelamiento de líderes independentistas tuvieron un efecto negativo sobre la puntuación de España en el Índice de Democracia", sentencia a este medio.
Cómo se elabora el 'Índice de democracia'
Este informe basa los resultados en las puntuaciones de 60 indicadores en cinco categorías diferentes: proceso electoral y pluralismo; libertades civiles; el funcionamiento del gobierno; participación política; y cultura política. Unas calificaciones que ponen los expertos y analistas del medio de comunicación. Pero que en el resultado final, además, se tiene en cuenta encuestas de opinión pública, principalmente la Encuesta Mundial de Valores.
Cada categoría tiene una calificación en una escala de 0 a 10 que se basa en la suma de las puntuaciones de los indicadores de cada categoría. Posteriormente, se calcula un índice general a partir del promedio simple de los índices de las cinco categorías. Y así es como llega el informe a una puntuación de 0 a 10 para cada país. A continuación, según su puntuación total, los países se clasifican en cuatro grupos: 'Democracias plenas' para puntuaciones superiores a 8, 'Democracias defectuosas' para puntuaciones superiores a 6 y menores o iguales a 8, 'Regímenes híbridos' para puntuaciones superiores a 4 e inferiores o iguales a 6, y 'Regímenes autoritarios' para puntajes menores o iguales a 4.
Por qué España es una democracia plena
La puntuación general de España en el índice de 2020 fue de 8,12, por debajo del 8,18 de 2019, principalmente debido a la retirada de las libertades civiles por parte del Gobierno en respuesta a la pandemia de coronavirus. Joan Hoey explica que España consigue esta buena posición porque tiene una elevada puntación, un 9,58, en la categoría de proceso electoral y pluralismo. "Las elecciones son libres y justas, y la transferencia de poder es un proceso bien aceptado", dice la analista.
Asimismo, nuestro país también obtiene una buena nota en lo que tiene que ver con la cultura política, pues obtienen un 8,13, y en la categoría de libertades civiles, donde la calificación asciende al 8,53. Una buena nota, esta última, que no evita que este país haya suscitado dudas por su respeto a la libertad de expresión. "Ha habido varios casos en los últimos años en los que la ley se ha utilizado para censurar y castigar la libertad de expresión", explica la autora del informe. Además, también recuerda que "existe preocupación por la independencia del poder judicial de la influencia política, donde España no cumple con los más altos estándares y las mejores prácticas".
Por qué España tiene una democracia que puede mejorar
En en lado negativo, Joan Hoey pone encima de la mesa la caída en las puntuaciones de España en otras categorías. Así, la calificación más baja la obtiene en funcionamiento del gobierno, con un 7,14. La analista explica que el "gobierno está sujeto a controles parlamentarios menos estrictos que en la mayoría de las otras democracias de Europa occidental". Además, España también es sancionada por indicadores relacionados con la corrupción, por una financiación de partidos no totalmente transparente o por la influencia de grupos de interés. Así, nuestro país obtiene la nota 0 en los indicadores de confianza en los partidos políticos y el Gobierno.
Otra de las notas más bajas de España se encuentra en en la participación política. Con una calificación de 7,22; Joan Hoey recuerda que la participación en las elecciones es razonable, pero no la más alta; que la afiliación a partidos políticos es muy baja y que la participación popular en la política es débil.
Por último, otra de las razones que la autora del informe pone de relieve sobre la democracia española hace referencia al uso de la fuerza por parte del Gobierno en su intento de evitar un referéndum ilegal el 1 de octubre de 2017 y todo lo que desencadenó después. Un pasado que provocó "un efecto negativo sobre la puntuación de España en el Índice de Democracia: la puntuación global descendió del 8,30 en 2016 al 8,08 en 2017", explica. Actualmente, está en el 8,12.