Motor
El Bentley más pequeño es eléctrico
Miguel García
Se llama Bentley Blower Junior y dicen sus creadores que es "más que un coche". Y eso que, parece menos, porque está construido a una escala un 85% del original de 1929 que reinterpreta.
No es barato, pero sí el Bentley más barato que puedes comprar. Tampoco es exactamente producido por Bentley, pero sí tiene permiso para lucir con orgullo el emblema de la marca sobre el radiador -falso, porque es eléctrico-, incluso en el configurador de la página.
Más que un juguete (gigante)
El Bentley Blower de 1929 era un coche enorme, potente, capaz de ganar Le Mans. "El camión más rápido del mundo", decía en tiempos Ettore Bugatti para burlarse. Así que, construirlo a un tamaño ligeramente más pequeño, sigue permitiendo ser conducido por un adulto.
Mide 3,7 metros de largo y casi 1,5 metros de ancho. Aunque puede llevar dos ocupantes, no hay anchura suficiente, y a diferencia del original las plazas se disponen en tándem.
En Europa se comercializa como un cuadriciclo y solamente rompe el estilo del original las dos columnas para soportar el anclaje superior del cinturón de seguridad. Se puede matricular como un L7e, dado que lleva un motor eléctrico. Se trata del motor más potente que toda la gama de coches en miniatura, con 15 kW (a 48 voltios), que autorizan una velocidad máxima de 72 km/h (ligeramente superior a los 70 km/h de la norma española en vías públicas para ellos).
Se fabricará en una serie de 349 unidades, ligeramente personalizables en colores y materiales. Rindiendo homenaje al original, las llantas son de radios, de la firma Borrani, el volante de cuatro radios está forrado con cuerda y el salpicadero es de aluminio guilloqueado. Eso sí, la carrocería es de fibra de carbono, aunque el capó se ha conformado en aluminio, como el original.
Cambio de denominación
Quizá supieras ya de la existencia de estas joyas. No es el primer modelo clásico que replican, el año pasado te hablamos de sus Bugatti. Joyas por su manufactura artesanal, cuidada al detalle y sobre los planos del original. Tampoco son baratas, con precios en torno a los 100000 euros.
La empresa ha dejado de llamarse The Little Car Company para tomar el nombre de su creador, Hedley Studios. Su nombre inicial podría ser mal interpretado cuando llamaban a la puerta de un fabricante de automóviles icónico. Por ejemplo, cuando concertaron una cita en la sede de Ferrari para solicitar permiso para hacer una reproducción de un Ferrari Testarossa, no el de los años 80, sino el laureado coche de competición 250 Testa Rossa de los años 50 del que tomó el nombre. El ejemplo que llevaron, uno de los Bugatti mencionados, les hicieron ver que se trataba de obras de arte redivivas.
Al poco tiempo, en la quinta planta de Harrods, en la sección de Tecnología, se podía ver el Testa Rossa J. Decían que, en su época más floreciente, en los grandes almacenes londinenses Harrods se podía comprar cualquier cosa, hasta un elefante. En estos tiempos políticamente más correctos, incluso un Ferrari, ahora eléctrico, aunque se trate de una de esas inspiraciones (ésta a un 75% del tamaño del original), que fabrica Hedley Studios.