Motor

Cuidado, estos son los errores más frecuentes en el uso y mantenimiento de los neumáticos de tu coche


Nacho González

Entre los errores más comunes se encuentran descuidar la presión, el desgaste o daños, además de no rotarlos entre ejes o circular con un equilibrio defectuoso que afecta a la forma en que estos se desgastan irregularmente. Te contamos en que consisten estos errores y cómo solventarlos.

Los neumáticos desempeñan un papel crucial en la seguridad y el rendimiento de un vehículo. Por eso, no solo es importante acertar en la compra de la cubierta, sino también en su uso, algo que muchas veces no ocurre. Con la finalidad de exprimir al máximo las prestaciones de los "zapatos" de tu coche, Bridgestone, líder global en neumáticos premium y soluciones de movilidad sostenible, te recuerda los errores más frecuentes en su cuidado y cómo evitarlos.

Presión incorrecta

Ya sea por descuido o falta de conocimiento, numerosos conductores no revisan regularmente la presión de sus neumáticos. Esto es algo nada recomendable: circular con un neumático con una presión de inflado por debajo de la recomendada por el fabricante del vehículo, puede provocar una degradación prematura (sobre todo en los laterales), fatiga de la carcasa, alto riesgo de reventón y un incremento del consumo de combustible.

Tampoco se debe circular con la presión alta, por encima de la recomendada según carga: la goma contacta menos con el asfalto y pierde adherencia, se produce degradación prematura en la parte central de la banda de rodadura y se obtiene un peor comportamiento dinámico del vehículo.

Para evitar todos estos problemas, lo ideal es revisar la presión de los neumáticos (en frío) una vez al mes o antes de un desplazamiento largo. En el manual del vehículo aparece la presión recomendada por el fabricante.

No rotar los neumáticos para alargar su vida

Los neumáticos delanteros y traseros están sometidos a trabajos y cargas diferentes, por lo que su desgaste es muy desigual. Las rotaciones son esenciales para conseguir un desgaste más uniforme, y aumentar así la vida útil de todos los neumáticos.

Un desgaste uniforme y regular en los neumáticos de ambos ejes del vehículo, contribuye a aumentar la seguridad en la carretera, los ejes reaccionan de forma equilibrada y el conductor controla mejor su vehículo. Es recomendable rotarlos entre ejes cada 10.000 kilómetros (o lo estipulado por el fabricante).

Desgaste excesivo o irregular

Independientemente de la vida útil de un neumático, cada cierto tiempo conviene revisar su profundidad de banda de rodadura. Según la ley, debe tener una profundidad mínima de 1,6 mm, límite legal que viene referenciado por los testigos de desgaste, señalizados por un indicador en la zona del hombro del neumático. Un truco para comprobar el desgaste es introducir un euro en el dibujo del neumático: si se ve el borde dorado, toca cambiarlo.

Igual de importante es verificar que ese desgaste sea uniforme. Normalmente los neumáticos del eje delantero, por motivo de la propia configuración del vehículo, presentan desgaste no uniforme entre el hombro exterior y el interior. Una cubierta en buen estado por fuera puede estar "comida" por dentro.

Otros desgastes irregulares en los neumáticos, y que provocan que la huella de contacto no sea la óptima, pueden ser provocados por un equilibrado y/o alineación incorrectos, o unos amortiguadores en mal estado. En estos casos los neumáticos son los mensajeros del problema, y los que nos avisan cuál puede ser la causa y qué se debe rectificar.

Alineación, paralelismo de ejes y equilibrado defectuosos

La correcta alineación del vehículo, mantener el paralelismo de ejes y el equilibrado de las ruedas (ajustar el conjunto llanta-neumático mediante contrapesos para evitar desequilibrios) resultan fundamentales para evitar desgastes irregulares, vibraciones e incluso problemas de trayectoria en el volante (seguridad), a parte del riesgo de averías mecánicas. Según explica la cadena First Stop, la alineación debe realizarse cuando se cambian los neumáticos o se rotan entre ejes, una vez al año o cuando se recorran entre 15.000 y 20.000 kilómetros.

Neumáticos deformados o dañados

Comprobar de vez en cuando el estado de las gomas y llantas también es crucial, ya que pueden presentar deformaciones, golpes, cortes o arranques (fruto del impacto con bordillos, baches, etc.), que comprometan su seguridad. Si presentan algún tipo de daño, es necesario consultar con un profesional su posible reemplazo. En el caso de tener que hacerlo, recuerda que no es conveniente instalar en un mismo eje neumáticos con distintas características o nivel de desgaste.

Neumáticos envejecidos

Aunque los neumáticos no tienen fecha de caducidad como tal, dependiendo de múltiples factores, entre ellos el mantenimiento, la exposición a agentes oxidantes, las condiciones de uso, etc., pueden llegar a perder parte de sus prestaciones con el paso del tiempo. Así, y aunque aún tengan dibujo, se aconseja verificar el aspecto de los neumáticos una vez al mes como mínimo. A partir del 5º año recomendamos su revisión anual por un especialista, y en cualquier caso sustituirlo cuando tengan más de 10 años. La goma agrietada, envejecida, con cortes, etc. de un neumático, puede afectar a la seguridad en la carretera.

Para conocer la fecha de fabricación de un neumático, simplemente tienes que buscar el código DOT en el marcado de costado. Los 4 últimos dígitos del código DOT, por ejemplo 1024, te informan de la semana y año de fabricación.

Rueda de repuesto

Un último consejo: recuerda a la gran olvidada, la rueda de repuesto, o en su defecto, el kit antipinchazos. Verifica regularmente que se encuentra en perfecto estado y con la presión adecuada.