No te la juegues: este es uno de los fallos más comunes del coche que puede dejarte tirado en la carretera
- Las bujías deben revisarse cada 30.000 kilómetros o cada dos años
elEconomista.es
Las bujías son componentes esenciales del motor de un coche de combustión, ya que son las responsables de encender la mezcla de aire y combustible en cada cilindro. Un fallo en este pequeño elemento puede tener consecuencias que van desde un descenso en el rendimiento hasta averías graves o accidentes por pérdida de potencia. Por ello, saber cuándo revisarlas o sustituirlas es clave para la seguridad y el mantenimiento del vehículo.
Las bujías deben revisarse cada 30.000 kilómetros o cada dos años, aunque esto puede variar dependiendo del modelo del vehículo, el tipo de bujía instalada (cobre, platino, iridio) y el estilo de conducción. Algunos modelos más modernos utilizan bujías de larga duración, que pueden aguantar entre 60.000 y 100.000 kilómetros.
Síntomas de que las bujías están fallando
Uno de los síntomas más comunes es la dificultad para arrancar el coche, especialmente en frío. También puede percibirse una pérdida de potencia, tirones al acelerar, aumento en el consumo de combustible, ralentí inestable o incluso una luz de avería encendida en el salpicadero.
Estos problemas no solo afectan al confort de conducción, sino que también suponen un riesgo potencial en carretera. Un fallo en la chispa de encendido puede provocar una combustión incompleta, generar residuos en el motor y, con el tiempo, averías más costosas como daños en el convertidor catalítico.
¿Cuánto cuesta cambiarlas?
Un juego de cuatro bujías estándar cuesta entre 15 y 40 euros, aunque las de alto rendimiento, como las de iridio o platino, pueden llegar hasta los 60 o 80 euros el juego. En cuanto a la mano de obra, cambiar las bujías puede suponer entre 30 y 80 euros, dependiendo del modelo del coche y el acceso al motor. En total, el coste medio del servicio en un taller suele rondar entre 50 y 120 euros.
Recomendaciones para evitar fallos
Expertos del Real Automóvil Club de España (RACE) y de la Organización Internacional de Normalización (ISO) recomiendan realizar el mantenimiento preventivo indicado por el fabricante, mantener un calendario de revisiones actualizado y, sobre todo, no esperar a que aparezcan fallos evidentes. Las bujías deben sustituirse de forma periódica incluso si aparentemente el coche funciona con normalidad, ya que un desgaste progresivo puede pasar desapercibido y afectar a otros sistemas del vehículo.
En los motores modernos, los fallos en las bujías también pueden afectar a los sensores del motor, generar errores en la centralita electrónica (ECU) o activar el modo de emergencia del vehículo, reduciendo drásticamente la potencia.
Cómo revisar el estado de las bujías
Para los conductores más experimentados, comprobar el estado de las bujías es una tarea que puede hacerse en casa, siempre que se cuente con las herramientas adecuadas. Basta con retirar cada bujía con una llave específica y observar el color del electrodo. Un color marrón claro indica buen estado; si están negras, puede haber un problema de combustión rica (exceso de combustible), y si están blancas, puede haber sobrecalentamiento.
En cualquier caso, si no se tiene experiencia o el acceso al motor es complicado, lo más recomendable es acudir a un taller de confianza.