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¿Cómo afecta a tu factura de la luz la 'curva de pato'? Así influye el coche eléctrico en ella

Montaje de la factura de la luz y un pato | Fuente: iStock/Canva

Daniel Gordo

En la operación de redes eléctricas se utiliza de forma metafórica el término de 'curva de pato' que representa la forma del consumo durante un día normal. Esta citada curva hace referencia al aspecto de la curva de la demanda neta, la cual muestra subidas al comienzo y al final del día y una considerable bajada en las horas centrales.

La 'curva de pato' se denomina así porque gráficamente el dibujo que realiza recuerda al contorno de este animal, siendo la cola la jornada matinal, un valle a mediodía que hace el cuerpo y un pico por la tarde sobre las 18:00 horas que conforma la cabeza.

¿Qué viene a mostrar esto? Básicamente, la demanda disminuye durante los períodos de tiempo en los que generar energía solar es más probable. Su importancia está en que obliga a las centrales convencionales a arrancar con mucha rapidez para compensar las caídas en la producción de energía solar, poniendo a prueba la flexibilidad de la red eléctrica.

Esto obliga a instalar sistemas de respuesta rápida (baterías, recargas programadas y gestión de la demanda) para evitar sobrecargas o apagones, y a ofrecer tarifas inteligentes que animen a los usuarios a desplazar su consumo, por ejemplo, cargando su coche eléctrico en las horas de menor demanda.

Influencia del coche eléctrico

La carga de coches eléctricos y las bombas de calor están retando a las redes de baja tensión. Un estudio belga con 42.089 perfiles reales revela que:

  • Cada punto de recarga de vehículo eléctrico puede añadir hasta 1,4 kW al pico de demanda de un barrio.
  • Cada bomba de calor suma alrededor de 1,2 kW más.

Si todos los vecinos cargan sus coches y encienden la calefacción al mismo tiempo, el barrio se convierte en un "monstruo energético" que exige cables de mayor sección y transformadores más potentes, que acaba pasando factura al consumidor.

Antes, la demanda seguía la llamada 'curva del pato': picos al amanecer y al atardecer, con un valle al mediodía gracias a la fotovoltaica. Ahora, con coches y bombas de calor, aparece primero la 'curva del camello nocturno' (dos jorobas al alba y al anochecer) y, si se usan recargas rápidas (>6,5 kW), la 'curva dromedaria nocturna': un pico único en torno a la medianoche.

En números redondos, en un barrio de 100 viviendas la recarga de coches podría sumar hasta 150 kW más de pico. Para evitar apagones o prohibir nuevos cargadores, los distribuidores tendrán que:

  • Ampliar transformadores.
  • Reforzar líneas.
  • Adaptar tarifas que desincentiven las horas críticas.

A esto se suma que el 76% de esas viviendas ya inyecta energía solar en horas de sol, pero en los días fríos de invierno la demanda extra de calefacción y carga supera lo que produce la fotovoltaica, desplazando el pico a las últimas horas del día.

Para solventar esta situación, los expertos aconsejan desde tarifas dinámicas nocturnas e incentivos para cargar en horas valle, pasando por realizar un almacenamiento domiciliario o comunitario (baterías), hasta programar recargas y bombas de calor para escalonar el consumo.

Para el conductor medio, la clave está en informarse sobre su perfil de consumo, aprovechar su propia energía solar y planificar la carga del coche cuando la red esté menos saturada. Con el objetivo de facilitar esta tarea, muchas compañías ya ofrecen predicciones personalizadas de precio y demanda para ayudarte a decidir el mejor momento.