Renault Emblème adelanta el futuro de la marca: un coche familiar de hidrógeno con 1.000 km de autonomía y cero emisiones
Sylvia Longás
El Renault Emblème no es solo un showcar. Es el reflejo tangible del camino que el fabricante seguirá en los próximos años. Y es que la marca plantea un cambio radical en la concepción del coche familiar del futuro.
Renault nos revela nuevos datos de su prototipo Emblème, que ya mostró en el pasado Salón del Automóvil de París 2024. El modelo no es solo una muestra de diseño, ya que se trata de la base sobre la que se cimentará el estilo, la tecnología y la filosofía ecológica de los futuros modelos del rombo. Esta gran berlina de cinco puertas con aspecto de shooting brake demuestra los esfuerzos del fabricante por reducir la huella de carbono de sus futuros modelos. Equipa una innovadora propulsión eléctrica e hidrógeno, materiales reciclados y soluciones de alta eficiencia, con el objetivo de reducir un 90% las emisiones de CO2 durante todo su ciclo de vida.
Aunque el Emblème no llegará a la calle tal como lo vemos, todo apunta a que su diseño será la base del Clio de sexta generación (2025), el nuevo Scénic (2029) y el futuro Mégane E-Tech (2030), según la información dada por el medio francés L´Argus. El Emblème anticipa el lenguaje de diseño de toda una generación de modelos.
Esto incluye las formas redondeadas, los faros estilizados, la luneta trasera en ángulo, las aletas musculosas y una mayor sofisticación en los detalles tecnológicos. El próximo SUV eléctrico del segmento C que reemplazará al Mégane también heredará la pantalla panorámica y parte del diseño interior.
El Renault Emblème se ha fabricado solo con energías renovables y con más de 20 socios industriales, y cada etapa —desde el diseño hasta el reciclaje— ha sido optimizada con criterios de ecodiseño y reducción de impacto: reducción del 70% en la huella de carbono durante la producción de componentes, uso de materiales reciclados como acero, aluminio, plásticos o vidrio, huella total de CO2 por ciclo de vida de solo 5 toneladas (desde su construcción hasta su desmantelamiento), auditadas por el IFPEN, e implementación de reciclaje en circuito cerrado para níquel, litio y cobalto.
Diseño emocional y eficiente
El Emblème marca un retorno a las formas curvas y generosas que definieron a la marca durante décadas. Con una longitud de 4,80 metros, una altura de 1,52 metros y un perfil aerodinámico, la línea de este familiar recuerda a concept cars como el DeZir y el Captur de principios de la década de 2010.
La arquitectura AmpR Medium, ya usada en el Mégane y el Scénic E-Tech, proporciona libertad total para jugar con voladizos cortos, una gran batalla (2,90 metros) y una cabina más espaciosa. Cuenta con un maletero trasero de 556 litros y un compartimento delantero de 74 litros que garantizan comodidad para viajes familiares. La aerodinámica, optimizada con herramientas de la escudería Alpine F1, alcanza un coeficiente Cx de solo 0,25.
Hidrógeno + electricidad
El Renault Emblème se presenta con una motorización híbrida eléctrica-hidrógeno que rompe moldes: combina un motor eléctrico de 160 kW (217 CV) con una batería de 40 kWh y una pila de combustible de 30 kW alimentada con hidrógeno bajo en carbono. Esta solución permite una autonomía total de 1.000 km, con la posibilidad de recargar hidrógeno en menos de cinco minutos.
La batería es un 40% más ligera que las de largo alcance tradicionales, lo que se traduce en una mayor eficiencia. Para los trayectos urbanos o diarios, el Emblème se comporta como un eléctrico puro. Para los viajes largos, entra en acción la pila de combustible, sin emisiones por el escape.
Un interior inmersivo e inteligente
El habitáculo del Emblème lo preside una pantalla panorámica de 48 pulgadas en 8K, que recorre todo el salpicadero. Es un interior que apuesta por un diseño sobrio, funcional y digital. Todo está orientado al confort con iluminación adaptativa, comandos simplificados y una segunda pantalla central táctil.
El sistema incluye inteligencia artificial embarcada que analiza la conducción para mejorar seguridad y consumo, y un asistente predictivo que ajusta la conducción según la ruta, el tráfico o las condiciones meteorológicas. La IA también gestiona la climatización, la música y sugiere áreas de mejora con indicadores como Eco Score (puntuación ecológica) o Safety Score (puntuación de seguridad).
La consola central está elevada para separar claramente el espacio del conductor y copiloto y ofrece diferentes zonas de almacenaje. Todo el interior ha sido construido con más del 50% de materiales reciclados y es reciclable en más del 90%.