Motor
Trump tira del freno de mano y pausa un mes los aranceles a las automovilísticas
- Las tasas entrarán en vigor el próximo 2 de abril
Javier Fernández Sánchez, Víctor Ventura
El presidente de EEUU, Donald Trump, ha decidido aplazar un mes los aranceles sobre el sector automovilístico a México y Canadá. Así lo ha comunicado Karoline Leavitt, portavoz de la Casa Blanca, quien ha afirmado que esta decisión se produce después de que Trump hablara con los directivos de General Motors, Ford y Stellantis este martes, día en el que entraron en vigor las tasas contra sus vecinos.
Concretamente, Karoline Leavitt ha señalado que los aranceles entrarán en vigor el próximo 2 de abril, siguiente fecha clave para desplegar los llamados "aranceles recíprocos" con los que quiere castigar a los países con los que tiene déficit comercial.
La portavoz ha señalado que el presidente ha decidido dar una "excepción" a los fabricantes de coches cuyos vehículos cumplen con los requisitos del Tratado entre México, EEUU y Canadá (UMSCA, en sus siglas en inglés). El objetivo, según Leavitt, es evitar que estas empresas tengan una "desventaja económica".
Los fabricantes de coches habían pedido a Trump que levantara los aranceles del 25% sobre los vehículos, temerosos de que los impuestos perjudicaran su negocio. Las estimaciones apuntaban a un aumento de precios que podía ir entre los 3.000 dólares y más de 10.000 dólares por vahículo, ya que muchas de las piezas que usan las fábricas estadounidenses se producen en México, y los vehículos cruzan varias veces la frontera durante el proceso de ensamblaje, teniendo que pagar aranceles cada vez que lo hagan.
Esta decisión se produce horas después de que Howard Lutnick, secretario de comercio de EEUU, afirmara que Trump barajaba la posibilidad de levantar los aranceles a determinados sectores. Ello había impulsado a las firmas automotrices, sobre todo después de que Bloomberg señalara que Washington planeaba retirar los impuestos al motor. Como consecuencia, las principales compañías del sector rebotaron con fuerza en bolsa, impulsando al alza a los mercados. El Dow Jones, el selectivo industrial, pisa el acelerador de las subidas y escala más de un 1,3%. Por su parte, el S&P 500 avanza un 1,3%, mientras que el Nasdaq 100 lidera las alzas al ganar un 1,5% .
Sin avances a nivel global
Sobre la mesa estaba también la posibilidad de que suspendiera los aranceles a más amplio nivel, ya que había programada una llamada entre Trump y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau. Pero la llamada no ha ido muy bien: Trump culpa a Canadá de la entrada de fentanilo en EEUU, pese a que las fuerzas fronterizas insisten en que la cantidad de la droga que se cuela por la frontera norte es microscópica. En su mensaje en la red social Truth, Trump afirmó haber averiguado que Trudeau, que ya ha avanzado que dimitirá el próximo lunes para dar paso al exgobernador del Banco de Inglaterra Mark Carney como primer ministro, está "aprovechando los aranceles para mantenerse en el poder".
El problema final es que, como afirmó ayer Trudeau, no hay nada que le puedan ofrecer a Trump: "Lo que quiere de verdad es hundir nuestra economía para poder anexionarse Canadá". En la rueda de prensa de la Casa Blanca, Leavitt ha reiterado que "el presidente cree firmemente que los canadienses estarían mucho mejor siendo el estado 51". Así, da igual qué concesiones pueda hacer el Gobierno norteño con la frontera: el objetivo real de Trump es que Canadá deje de existir.
En ese sentido, Bloomberg ha adelantado que Trump quiere financiar el fondo soberano que pretende crear con el dinero recaudado por los aranceles. Más allá de las dudas legales que despierta dicha idea por no tener un respaldo del Congreso, algo que a Trump no le genera ninguna preocupación, el problema está en que el presidente sigue insistiendo en su creencia de que los aranceles los pagan los países extranjeros, cuando en realidad dichos impuestos los pagan los propios ciudadanos estadounidenses. Es difícil convencer a Trump de que dé marcha atrás cuando el presidente cree firmemente que los aranceles son poco menos que dinero gratis que le pagan otros países, y que, por lo tanto, no genera ningún problema de inflación en EEUU.
El otro problema es que las compañías automovilísticas vuelven a tener una espada de Damocles sobre sus cabezas. Como ya han demostrado México y Canadá, recibir un mes de gracia no significa nada a más largo plazo: es perfectamente posible que Trump cumpla su nueva amenaza e imponga esos aranceles el 2 de abril. Para el presidente, la solución sería que esas firmas aprovecharan este mes para trasladar toda su producción a EEUU. Pero sacudir de golpe unas cadenas de suministro que llevaban años desarrolladas y trasladar fábricas especializadas con costes milmillonarios no es algo que se haga en 30 días. Los efectos del caos de la Administración Trump sobre la economía estadounidense van para largo.