Conducimos el Skoda Elroq, un eléctrico listo para todo
Miguel García
Dicen que los listos escuchan y, luego, actúan. Es lo que promete este Skoda Elroq, el eléctrico pequeño -por ahora- de Skoda.
El eslogan de Skoda, "sencillamente listo", viene al pelo para el Elroq. Estrena renovación estética de la marca, pero sigue pareciendo un Skoda. También sigue pareciendo un coche convencional, no algo raro, galáctico o minimalista. Es listo, no solo por los muchos accesorios, regulaciones o soluciones prácticas de las que siempre presume Skoda, como el cargador inalámbrico con ventilación: aprende de otros coches del grupo VW que circulen por delante, actualizando constantemente el mapa con incidencias. Él solo aparca con el conductor fuera del vehículo, desde la aplicación de móvil.
También aprende del usuario y, puede memorizar maniobras en hasta cinco ubicaciones habituales de aparcamiento. Y el asistente conversacional basado en ChatGPT, Laura -¿será por Laurin, de Laurin&Klement, tan ligada a Skoda-, escucha y contesta.
Exprimiendo la plataforma del grupo
Skoda toma su modelo eléctrico, el Enyaq, y recorta a su voladizo posterior 17 cm para quedar en una longitud de 4,49 metros. Queda así un maletero bastante más pequeño, pero todavía muy capaz, con 470 litros. El resto se queda como un Enyaq, con una habitabilidad para los pasajeros excelente en todas las plazas y un reducido diámetro de giro de 9,3 metros.
Con su formato de carrocería de estilo SUV, no hay problema para viajar confortablemente adultos detrás. Surge así el segundo modelo en la gama eléctrica de Skoda actual: más corta y susceptible de colocarle un precio significativamente inferior, que arranca en los psicológicos 35.000 euros (30.000 durante este mes de lanzamiento). Aún queda sitio a Skoda para encajar en el futuro los modelos de 20, 25 (previsiblemente el modelo Epic, en 2026) y 30 mil euros. Por supuesto, también modelos más grandes, de siete plazas, uno de ellos previsto también en 2026.
Con el ingenio habitual checo explican que la denominación del Elroq atiende a "Eléctrico del Karoq". Obviamente, se refiere a su posicionamiento por tamaño, porque no tienen nada en común en su base mecánica o constructiva. La batería y su armazón permanecen, y dentro pueden alojar 8, 9 o 12 módulos de celdas de iones de litio NMC. De ahí surgen las variantes Elroq 50, 60 y 85, con 55, 63 y 82 kWh (52, 59 y 77 kWh netos). El motor del modelo básico despliega 120 kW de potencia (Elroq 50), pero la versión que más esperan vender tiene 204 caballos (Elroq 60) y existe un Elroq 85 de 286 CV, con dos motores.
El eléctrico más eficaz para viajar no es necesariamente el más potente, sino el que más rápido puede recargar en ruta. En general, cuanto más grande una batería, mejor soporta la carga de alta potencia. Por eso las potencias máximas de recarga son de 145 kW, 165 kW y 175 kW, crecientes con la capacidad de la batería. Para mayor potencia, habría hecho falta un arquitectura eléctrico de 800 voltios, que hubiera permitido duplicar esa potencia hasta los 350 kW de los cargadores de Ionity. Para aprovechar esos máximos, el Enyaq incluye función de precalentamiento de las baterías para su acondicionamiento previo.
Las potencias y las curvas de carga de cada versión se han ajustado para que, en menos de media hora, cualquiera de las versiones puedan llenar una batería al 10% hasta su 80%. En 20 minutos, todas pasarían del 20 al 80%. En corriente alterna admite hasta 11 kW si dispones de dicha potencia.
En cuanto a autonomías máximas homologadas, más potencia significa menos eficiencia. La versión 50 homologa 578 km, la intermedia 478 km y la más potente se contenta con 376 km.
Un diseño moderno y cotidiano
Para lo bueno y lo malo, a Skoda y a Cupra les toca lidiar con los elementos técnicos del grupo Volkswagen para elaborar sus coches. En el caso de los eléctricos, la base tecnológica es una plataforma denominada MEB, con la que hace años VW quiso hacer despegar el mercado eléctrico masivo con el ID.3.
"Si la vida te da limones…", haz un injerto al limonero y endulza el fruto. Así, donde Volkswagen había intentado un diseño limpio, alejado de sus modelos tradicionales, Skoda revisa su diseño exterior e interior hacia algo perfectamente reconocible como un Skoda, una moderna evolución que no asusta a nadie que venga de un coche de combustión. El Elroq no dice visualmente que es un eléctrico (a pesar de un destacable Cx de 0,26). Ni siquiera se podrá sorprender al vecino, porque no tiene ese pequeño maletero delante, que encuentras en bastantes eléctricos.
En el interior, a quien abandone su antiguo coche -ese de casi 15 años, que representa la edad media del parque español- le impactará el pantallón central de 13 pulgadas del Elroq 60 que hemos conducido o la pequeña pantalla de 5 pulgadas que hace de instrumentación. Su información es clara y legible, con indicaciones de la navegación, aunque también hay opción de proyección de información sobre el parabrisas.
El conductor no se sentirá desbordado con la novedad. El Elroq lleva un volante de 2 radios, sin botones mudos en los radios, ni un aluvión de ellos. En la columna de dirección se encuentran las palancas convencionales y bajo la pantalla central, una hilera de botones físicos, para facilitar el manejo, sin obligar a entrar en menús de la pantalla. El volumen de audio no es una ruleta, sino una banda capacitiva táctil bajo la pantalla, fácil de usar por ambos ocupantes delanteros.
Conducción fácil y silenciosa
Como el propio diseño, la conducción es muy intuitiva. El motor eléctrico va situado detrás: es un tracción trasera, pero en conducción normal nunca lo dirías, sin sacudidas que lo delaten. La dirección es precisa, suave, no informa mucho.
Los eléctricos tienen un motor con una respuesta al acelerador contundente, incluso a velocidades de autopista, pero aquí está muy filtrada. Como todo, en este Elroq, porque también resulta muy silencioso, con un doble acristalamiento en ventanillas, que aisla y permite conversar casi en un susurro. Ofrece un refinamiento difícil de encontrar en modelos de combustión incluso de gran lujo. Los asientos son cómodos, con banquetas largas y recogen bien el cuerpo. Existe en opción una amortiguación adaptativa que permitiría hacer al Elroq algo más confortable y, si se desea, algo más firme y con un tacto algo más deportivo.
Si realmente se busca deportividad, hay un acabado Sportline que rebaja en 15 mm la suspensión y lo hará más firme al rodar y con menos balanceo. El volante pasa a ser de tres radios y con levas. Además, los asientos del Sportline ofrecen más soporte lateral y cuentan con un reposacabezas integrado.
La inmensa cantidad de opciones -también la bomba de calor para la batería lo es- o sus nueve diseños de llantas (que van de 19 a 21 pulgadas), hacen pensar de nuevo en un coche a la manera tradicional. Un contraste con las configuraciones cerradas de muchos modelos chinos, que ayudan a su ahorro de costes, dicen los expertos.
En marzo comienzan las entregas del 50 y el 85 de 286 CV (210 kW); un mes más tarde, el Elroq 60. En junio llegarán dos variantes más, la 85x de tracción total con 210 kW y un Elroq RS de 250 kW (341 CV).