Este Mercedes que pilotó Fangio se ha convertido en la venta más cara de la historia entre coches de carreras
Sylvia Longás
Estamos ante el coche de Gran Premio más valioso jamás vendido y el segundo coche más valioso jamás vendido en una subasta. El pasado 1 de febrero, el Mercedes-Benz W 196 R 'Monza' Streamliner de 1954 hizo historia.
La subasta para llevarse este Mercedes-Benz W196 R, a cargo de la casa británica RM Sotheby's, tuvo lugar en el Museo Mercedes-Benz de Stuttgart y el comprador hizo la oferta ganadora por teléfono sin revelar su identidad. El precio que ha pagado por esta joya rodante asciende a 51.155.000 euros.
El coche fue donado en 1965 por Mercedes-Benz al Museo del Indianapolis Motor Speedway (IMS), y ahora, ha sido el Museo del IMS el que se lo ha devuelto después de 59 años de cuidados minuciosos, con el fin de recaudar fondos a través de la subasta para la restauración y ampliación del museo.
Uno de los coches más codiciados
El Mercedes-Benz W 196 R 'Monza' Streamliner de 1954, con el chasis número 00009/54, increíblemente raro, de una belleza impresionante y tremendamente rápido, se encuentra entre los coches de competición más codiciados y coleccionables del planeta. Considerado una auténtica joya del automovilismo, este monoplaza de competición es un ejemplo de innovación, ingeniería y dominio en las pistas de Fórmula 1. Su legado se construyó a través de pilotos legendarios como Juan Manuel Fangio y Stirling Moss, junto con la visión del brillante ingeniero Rudolf Uhlenhaut.
Un diseño revolucionario para la Fórmula 1
El Mercedes-Benz W 196 R marcó el regreso de la marca alemana a las carreras de Gran Premio tras la Segunda Guerra Mundial. Este monoplaza presentaba una combinación perfecta de aerodinámica y tecnología de punta. Su chasis tubular ligero, suspensión avanzada y un motor de ocho cilindros en línea con inyección directa de combustible Bosch lo convirtieron en una máquina imbatible en la pista.
Uno de los aspectos más innovadores fue su carrocería aerodinámica, conocida como Stromlinienwagen o Streamliner, diseñada para optimizar la velocidad en circuitos de alta velocidad como Reims y Monza. Con una velocidad máxima de más de 300 km/h, el W 196 R era una auténtica bala plateada.
Dominio absoluto en las pistas
El debut del W 196 R en la temporada de Fórmula 1 de 1954 no pudo haber sido más espectacular. En el Gran Premio de Francia, Juan Manuel Fangio llevó el monoplaza a la victoria. Con un total de 9 victorias en 12 carreras, Mercedes-Benz y Fangio aseguraron el campeonato mundial, demostrando la supremacía de la ingeniería alemana.
En 1955, la escudería continuó su dominio con Fangio y la incorporación del joven talento británico Stirling Moss. La victoria en el Gran Premio de Italia en Monza, con Moss al volante del chasis 00009/54 en su configuración aerodinámica, es recordada como una de las grandes hazañas de la historia del automovilismo.
La herencia de las Flechas de Plata
El Mercedes-Benz W 196 R no solo dejó huella en la Fórmula 1, sino que también influyó en futuros modelos de la marca. Su tecnología se trasladó a modelos cónicos como el Mercedes-Benz 300 SLR y el legendario 300 SL "Gullwing".
Hoy en día, el chasis número 00009/54 es una de las piezas más valiosas y codiciadas del mundo del automovilismo. Su legado sigue vivo, recordando una era dorada en la que las Flechas de Plata reinaron en la pista, dejando una marca imborrable en la historia de la velocidad.
Ahora, ya luce en el garaje de todo un rico afortunado que puede enorgullecerse de poseer una auténtica leyenda de la competición, uno de los modelos de Fórmula 1 más exitosos de todos los tiempos.