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El freno de Ferrari al negocio de los Purasangue usados que se venden en Madrid por más de un millón: "Acuerdo de oportunidad" y "Lista negra"

Foto: elEconomista.

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El Ferrari Purosangue, el primer SUV de la icónica marca italiana, ha generado un gran revuelo desde su presentación en septiembre de 2022. Solo dos meses después de su lanzamiento, Ferrari anunció que toda su producción para los próximos dos años ya estaba vendida, lo que ha llevado a una creciente especulación en el mercado de coches de segunda mano, especialmente en ciudades como Madrid, donde los precios en portales de compra y venta han superado el millón de euros, tres veces el valor inicial de venta de un consecionario oficial.

El Purosangue, el primer coche de cuatro puertas y primer suv de la famosa casa italiana, ha sido calificado como un "sacrilegio" por los puristas de Ferrari, pero su potencia y exclusividad lo han convertido en un objeto de deseo entre los entusiastas de los vehículos. Con un motor V12 atmosférico de 725 CV, este SUV no solo promete una conducción excepcional, sino que también se posiciona como el todocamino más caro y potente jamás concebido por la marca. En España, sus precios arrancan en 440.000 euros.

En el mercado de segunda mano, el Purosangue ha alcanzado precios astronómicos. Según se puede apreciar en el portal Autoscout24 el concesionario de lujo Luis Carratalá - Import & Business Manager, de Madrid, está ofreciendo una unidad azul usada, matriculada en enero de 2024, con 1.499 kilómetros, por casi 1,3 millones de euros, mientras que otras unidades con bajos kilómetros se venden por cifras similares. La escasez de estos vehículos ha alimentado la especulación, lo que ha llevado a Ferrari a tomar medidas drásticas para controlar el mercado y proteger su imagen de marca.

La demanda de Ferrari a un cliente

Ante este fenómeno, según señala el medio Carbuzz, Ferrari ha implementado una política de "acuerdo de oportunidad" que impide a los compradores revender sus vehículos sin antes ofrecerlos a sus concesionarios. Esta medida busca disuadir la especulación y asegurar que los coches sean adquiridos por verdaderos entusiastas de la marca. Sin embargo, esta política ha llevado a un caso legal en Texas, donde un concesionario ha demandado a un cliente por revender su Purosangue sin ofrecerlo primero a la tienda, cuenta el medio especializado en coches.

Los detalles del "acuerdo de oportunidad" son claros, como dicta la publicación de Carbuzz: los compradores deben aceptar que no pueden revender el vehículo dentro de un año de su compra sin ofrecerlo primero al concesionario. Si no cumplen con este acuerdo, el concesionario tiene derecho a reclamar daños y perjuicios. Este enfoque refuerza la idea de que Ferrari busca mantener la exclusividad de sus modelos y evitar que se conviertan en simples objetos de especulación.

El impacto de esta política se puede observar en el mercado, donde un número creciente de Purosangue está a la venta por precios significativamente más altos que su precio de lista. Por ejemplo, los modelos que rondan el millón de euros representan más del doble de su precio base, lo que plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de tales precios en el futuro.

EL suv de la marca italiana.

Los esfuerzos por proteger la marca

Además de los desafíos en el mercado de segunda mano, Ferrari también enfrenta la presión de los clientes que desean conseguir un Purosangue a medida. A pesar de la actual lista de espera, la demanda sigue siendo alta, lo que podría llevar a más conflictos entre los compradores y la marca. En el contexto actual, donde el lujo y la exclusividad son cada vez más valorados, es probable que la presión sobre Ferrari para mantener su imagen y su modelo de negocio continúe creciendo.

En respuesta a estos desafíos, Ferrari no ha escatimado esfuerzos para proteger su marca. La compañía ha sido conocida por imponer reglas estrictas a los clientes, y aquellos que no cumplan con sus políticas pueden encontrarse en lo que se conoce como la "lista negra" de Ferrari. Esta lista es temida por muchos, ya que puede limitar la capacidad de un cliente para comprar futuros modelos de la marca.