Dos Rolls Royce únicos, a petición expresa de un exclusivo cliente
- La marca británica tiene un departamento exclusivo, Bespoke Comission, en el que se construyen coches únicos desarrollados en base a los gustos de un cliente
- Este otoño se han entregado dos, el Spectre Lunaflair, basado en el halo de la luna, y el Phantom Goldfinger en homenaje al aniversario del famoso agente secreto británico James Bond
Carlos Cancela
Cada poco tiempo la marca Rolls Royce muestra un coche único construido en base a los gustos de un cliente. Lo mismo que uno puede encargar una camisa o un traje a medida, pero hablando de un coche cuyo precio de partida es de más de 300.000 euros. Coches con una pintura exclusiva, con una terminación y equipamiento concretos y con detalles que al cliente le recuerdan algo importante de su vida.
Este otoño, el primero en llegar ha sido el Spectre Lunaflair, un coche cuyo argumento principal es una pintura exterior realmente única, en colores gris y negro, con diferentes tonalidades. Un vehículo inspirado en el halo de la luna. En este caso, el equipo Bespoke de Rolls Royce ha buscado explorar la belleza etérea de un halo lunar. Este es el impresionante Spectre Lunaflair, un encargo personalizado realizado en nombre de un importante cliente de los Estados Unidos. Lo exquisito de este emblemático automóvil es el extraordinario acabado de pintura holográfica que crea un cautivador efecto de arco iris.
El encargo toma su inspiración y su nombre del fenómeno óptico del halo lunar, que aparece como un colorido círculo de luz alrededor de la luna. Es causada por la luz de la luna que atraviesa cristales de hielo en cirros a gran altitud, que actúan como prismas microscópicos: la luz se refracta entonces, creando un fascinante efecto de anillo en tecnicolor, similar a la luz que atraviesa un diamante.
Captar este fenómeno en un acabado de pintura Bespoke requirió más de un año de experimentación. La química de la pintura, los tiempos de aplicación y la capa base se probaron exhaustivamente para cumplir con el encargo del cliente. El acabado final se ha logrado aplicando siete capas de laca, incluida una capa nacarada especialmente formulada, impregnada de finas piezas de fluoruro de magnesio y aluminio. Esto crea un efecto metálico profundo bajo poca luz que estalla en tecnicolor del arco iris bajo un sol brillante.
La espectacular carrocería del Spectre Lunaflair se complementa con un interior totalmente personalizado. Incluye tonos azul marino, blanco y rosa peonía, que recuerdan el espectro de tonos que se pueden observar durante un halo lunar. La combinación de colores aparece en los asientos, las puertas y el techo interior Starlight. Este tema también se traslada al volante de dos tonos, con un exterior azul marino y un interior blanco ártico. La fotografía del Spectre Lunaflair que ven fue capturada en el centro de Estados Unidos la noche del 17 de septiembre. Ese día se produjo el fenómeno de la Superluna iluminaba los cielos. Este evento celeste coincidió con un eclipse lunar parcial, cuando la Luna entró en la sombra exterior de la Tierra.
En el caso del Phantom Goldfinger su origen es bastante más fácil de entender. Fue en 1964 cuando se estrenó la película Goldfinger del agente 007. Una película muy importante, porque aunque no fue la primera (007 contra el Dr No) si fue una de las más importantes de la saga. En ella, el malo de la película, "Goldfinger", viajaba en su Rolls Royce Phantom III de 1934. Un vehículo realmente impresionante, con su frontal y ese gran radiador presidido por el espíritu del Extasis. Un coche utilizado, entre otras cosas, para hacer contrabando de oro.
Pues bien, ese coche que sale varias veces en diferentes imágenes la película, es el que ha sido la clave para este nuevo Phantom de 2024. Un coche que, por ello, celebra el 60 aniversario del estreno, pero también representa el 90 cumpleaños de aquel modelo histórico de la marca británica, un coche de reyes para la época. Aquel vehículo, pintado de color amarillo y negro pero con incrustaciones de oro macizo, ha sido uno de los más reconocidos en la larga historia del famoso agente secreto.
El Rolls-Royce Phantom Goldfinger, es una obra maestra única que incluye una serie de elementos tomados de aquel coche de la película de James Bond. Por ejemplo, una barra de oro macizo de 18 quilates con forma de "Speedform" situada en la consola central. También lo son las mesas de picnic que incluyen un mapa ficticio de la reserva de lingotes de Fort Knox con incrustaciones de oro de 22 quilates, lo mismo que llevaba aquel coche de la película de 007. Pero no es el único detalle retomado de aquel coche de 1934. La galería tridimensional de acero y oro incorpora un mapa del legendario paso de Furka, en los Alpes suizos. Otro detalle como homenaje a aquella película es el palo de golf dorado instalado en la tapa del maletero. Este detalle hace referencia al primer encuentro del agente 007 con Auric Goldfinger, "el malo" de aquella película. O los paraguas Arlequín y el proyector con el logotipo de 007 que hacen referencia a momentos clave de aquella mítica película.
Este coche es un nuevo ejemplo del objetivo de Rolls Royce de hacer obras maestras de cuatro ruedas. Un reflejo del compromiso de la marca: producir automóviles extraordinarios y únicos que superen las expectativas de los clientes. Este proyecto permitió aprovechar el ingenio del equipo de creativos, dándoles la libertad de explorar hasta dónde llega su imaginación. La tapa interior de la guantera también tiene grabada la cita icónica de Goldfinger: "Esto es Gold, Sr. Bond. Toda mi vida he estado enamorado de su color, su brillo, su divina pesadez". Los estribos, diseñados para parecerse a las barras de oro que representan a Goldfinger, están chapados en oro y grabados con la misma fuente desarrollada para la película en 1964.