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El coche eléctrico europeo pincha con los baches de Alemania y Francia: las ventas se hunden en agosto

Volkswagen. iStock

elEconomista.es

La industria automotriz del Viejo Continente no está pasando por su mejor momento. La débil demanda por los vehículos eléctricos ha desatado una ralentización de la expansión de este tipo de coches, penalizando a los gigantes del motor europeo y forzándoles a modificar sus estrategias de producción. Las automovilísticas, además, deben hacer frente a los coches eléctricos baratos de los fabricantes chinos, lo cual ha roto las costuras de la industria automovilística europea, revelando una enorme falta de competitividad continental. De hecho, el dato de las ventas coches eléctricos ha evidenciado esta realidad, pues las entregas de este tipo de vehículos han hundido en agosto.

Las comercializaciones de vehículos en la Unión Europea retrocedieron un 18,3% en agosto, a su nivel más bajo de los últimos tres años, arrastradas por el escaso desempeño del sector automovilístico en Alemania, Francia e Italia. Concretamente, durante el octavo mes del ejercicio, las matriculaciones de coches eléctricos se desplomaron un 43,9%, cayendo por cuatro mes consecutivo, en un contexto en el que los mayores mercados de vehículos eléctricos del bloque, Alemania y Francia, registraron caídas del 68,8% y el 33,1%, respectivamente, según los datos publicados este jueves por la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA, por sus siglas en inglés).

La eliminación de las subvenciones para adquirir coches eléctricos en Alemania ha afectado a las ventas de los vehículos eléctricos en dicho país, en un contexto en el que los registros de nuevos coches -incluidos los de combustión y diésel- cayeron un 27,8%. Los mismo ha ocurrido en Francia, país que redujo la cuantía en las ayudas económicas para comprar vehículos eléctricos, y que, no obstante, ha visto cómo los coches tradicionales han tenido un bajo nivel de ventas. Concretamente, las comercializaciones de vehículos cayeron un 24,4% en el país galo. Por su parte, las ventas en Italia (-13,4%) y España (-6,5%) también descendieron.

Así las cosas, las ventas de coches eléctricos de batería e híbridos enchufables retrocedieron un 43,9% y un 22,3%, respectivamente en agosto, mientras que las matriculaciones de coches híbridos aumentaron un 6,6% hasta alcanzar una cuota de mercado del 31,3%. Por fabricantes, los tres grandes grupos automovilísticos europeos experimentaron una caída de las matriculaciones. Volkswagen, Stellantis y Renault firmaron retrocesos del 14,8%, 29,5% y 13,9%, respectivamente. En el caso de Tesla, su cifra de negocio se redujo un 43,2% en agosto en comparación con los números de hace un año.

En este sentido, las compañías europeas que han encabezado los descensos han emitido señales de alerta en los últimos meses. Volkswagen ha comunicado planes para cerrar fábricas en Alemania, iniciando el desmantelamiento del blindaje sobre los puestos de trabajo para poder aplicar recortes de plantilla, en una operación que podría implicar el despido de 15.000 trabajadores, según apuntó Jefferies. Por su parte, Stellantis comunicó en junio sus planes para clausurar las fábricas en Luton y Ellesmere Port, ubicadas en Reino Unido, debido a la inesperada lentitud de la demanda de eléctricos. La matriz de Citroën y Fiat alertó que si el gobierno británico no aplicaba estímulos a la compra de los vehículos electrificados, cerraría sus instalaciones en ambas ciudades.

Asimismo, Renault paró en marzo la producción en la fábrica de Flins-sur-Seine, tras 72 años de actividad, iniciando una reconversión hacia la "economía circular", según afirmó la propia empresa. El fin de la fabricación de vehículos de la firma en dicha fábrica coincidió con el aviso de fallos en la fabricación de los modelos eléctricos Zoé y Megane IV. Casualidad o no, lo cierto es que las ventas de coches eléctricos bajaron un 17% en los primeros seis meses del año.

Si bien la compañía francesa obtuvo unos resultados récord en el primer semestre de 2024, la caída de comercializaciones de eléctricos ilustra muy bien el complejo momento que vive el sector en Europa. Y es que el motivo de aquella mengua estuvo en la retirada de ayudas de París para comprar coches eléctricos fabricados en China, política que afectó al Dacia Spring.

Esta situación ha empujado a la propia ACEA ha sugerir a la UE una revisión del objetivo de reducción de emisiones de CO2 en 2025. Según la organización, la industria automotriz de la UE ha invertido miles de millones en la electrificación para lanzar coches al mercado, sin embargo, otros ingredientes necesarios para esta transición no están ubicados, minando la competitividad de Bruselas. Ello compromete la transición hacia las emisiones cero, por lo que el organismo llama a recalcular el objetivo de 93,6 gramos de CO2 por km para los turismos y los 153,9 gramos de CO2 por km para los vehículos ligeros.

En definitiva, la industria automotriz del Viejo Continente está de capa caída. Los planes de Volkswagen para cerrar fábricas en Alemania, por primera vez en sus 87 años de historia, han evidenciado la falta de competitividad en la que ha caído el sector en comparación con sus competidores estadounidenses y chinos. El anuncio del gigante germano ha ido acompañado de una serie de comunicaciones por parte de otras firmas que han revelado la compleja situación en la que se encuentra la industria automovilística europea. BMW anunció un ajuste de sus previsiones financieras debido a un problema en los frenos de su proveedor Continental, mientras que Volvo ha abandonado sus planes para vender solo coches eléctricos en 2030.