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Qué es la culata del motor del coche y consejos de mantenimiento: cómo saber si está dañada para cambiarla

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elEconomista.es

La culata es una parte esencial del motor de combustión de un vehículo. Esta pieza, por lo general fabricada con hierro fundido o una aleación de aluminio, se encuentra en la parte superior del bloque del motor. Es responsable de sellar los cilindros y albergar componentes como las válvulas, las bujías y, en algunos casos, los inyectores de combustible.

La culata desempeña un papel crucial en el proceso de combustión, ya que controla tanto la entrada de aire como de combustible, así como la salida de los gases de escape. También tiene pasajes para el refrigerante del motor, lo que ayuda a mantener una temperatura de funcionamiento adecuada.

Buen mantenimiento

Para mantener la culata en buen estado, es más que aconsejable cambiar el aceite regularmente, ya que el aceite viejo o sucio puede causar acumulación de residuos en la culata y otros componentes del motor. Del mismo modo, también es crucial usar el refrigerante recomendado por el fabricante y mantenerlo en los niveles adecuados, ya que esto ayudará a prevenir el sobrecalentamiento y la corrosión dentro de la culata.

Para protegerlo, se debe evitar conducir el coche si está sobrecalentado, ya que las altas temperaturas pueden causar daños graves a la culata, incluyendo deformaciones y grietas.

Por último, conviene someter al vehículo a revisiones periódicas, y asegurarnos de que el mecánico inspeccione la culata y el sistema de refrigeración para detectar posibles problemas.

Cómo saber si está dañada

La culata puede sufrir diversos tipos de daños, como grietas, deformaciones o fallos en la junta. Los síntomas de que algo no va bien son:

  • Sobrecalentamiento del motor. Si el motor se sobrecalienta con frecuencia, podría ser un indicio de problemas en la culata o en la junta de la culata.
  • Humo blanco por el escape. La emisión de humo blanco por el tubo de escape puede indicar que el refrigerante está entrando en los cilindros.
  • Pérdida de refrigerante. Si detectas que el refrigerante disminuye sin signos de fugas externas, podría estar filtrándose dentro del motor a través de una culata dañada.
  • Aceite contaminado. Un aspecto 'lechoso' en el aceite del motor puede indicar que el refrigerante se está mezclando con el aceite, lo que es un signo de una junta de culata defectuosa o una culata agrietada.
  • Pérdida de potencia. Una pérdida significativa de potencia del motor puede ser un síntoma de una culata dañada, ya que la compresión en los cilindros puede estar afectada.
  • Burbujas en el depósito de refrigerante. Si ves burbujas constantes en el depósito del líquido refrigerante o en el radiador cuando el motor está en marcha, puede ser un signo de que los gases de combustión están entrando en el sistema de refrigeración.