El histórico fabricante de motos Torrot reestructura la deuda en los juzgados

El juzgado de lo mercantil número 2 de Girona aprueba el plan de reestructuración del histórico fabricante de motos Torrot. La compañía, inmersa en una crisis financiera desde hace años, ya logró el favor de la banca y ahora ha sellado una reestructuración con proveedores y acreedores financieros para poner orden en su ecosistema financiero. La firma ha alargado vencimientos de deuda y ha adaptado su actividad a la nueva realidad. Tras rozar los 40 millones de ventas en 2017 y llegar a tener al exjugador de la NBA Ricky Rubio como imagen, el objetivo es ahora escalar desde los 4,5 millones de 2023 a los 11 millones en 2028.

Según el plan de reestructuración elaborado por el experto independiente, Álvarez & Marsal, al que ha tenido acceso elEconomista.es, el fabricante estaba en causa de disolución desde hace años y la insolvencia se producía este 31 de diciembre, cuando debía afrontar un pago de 2,8 millones de la firma de servicios financieros americana Sema 4 Inc –que a la postre es quién controla la sociedad- para el que no tenía músculo.

Torrot, que arrastra un pasivo de 15,9 millones de euros, podrá principalmente extender el pago hasta 2028 con su principal acreedor. Será después de que la magistrada Alicia De La Torre homologase la reestructuración la semana pasada. El fabricante arrastraba además impagos con Telefónica por casi medio millón de euros que podrá devolver hasta finales de 2025. El resto del pasivo son créditos con sociedades vinculadas que, en algunos casos el auditor ya advirtió que debería deteriorar.

Torrot cambió a toda su cúpula y fichó a John Dixon como CEO

Y es que la organización ya logró refinanciar el pasivo con la banca anteriormente. Hoy solo quedan expuestos BBVA y la sociedad pública Avalis de Catalunya, que avaló en su día una póliza de Caixabank. Aunque en el caso de la entidad cotizada existan cuotas sin pagar se decidió dejar fuera de la reestructuración debido a que representa alrededor del 0,1% de la mochila.

Con la deuda ya ordenada, Torrot también reorganiza su negocio. Tras llegar a vender 40 millones de euros en 2017 cuando la adquirió el fondo Black Toro, "las pérdidas acumuladas debido a una gestión pasada deficiente, inversiones fallidas y factores macroeconómicos, como el Covid19, el cierre temporal de China, tensiones en la cadena de suministro y la inflación" llevaron a la sociedad a esta situación, según el experto independiente.

La empresa vendió en otoño de 2021 su participación en Gas Gas a KTM y optó por relevar a la antigua cúpula con el fichaje de John Dixon como consejero delegado. A partir de ahora, la firma se concentrará en la venta de motocicletas propias eléctricas baño la enseña Muvi y motos eléctricas todo terreno para niños. También se hará maquila para la marca Rieju para aprovechar su capacidad industrial.

Atrás quedan inversiones fallidas que provocaron la necesidad de afrontar una reducción de capital de 23,3 millones de euros en mayo del año pasado por las pérdidas acumuladas durante los últimos ejercicios.

Las proyecciones de Torrot para el futuro

La aprobación del plan de reestructuración fue rápida -en diciembre de 2023 se solicitaba el nombramiento del experto-y la empresa se concentra ahora en volver a crecer tras el cambio de rumbo tomado en 2022. De los 16,1 millones de ingresos de 2021 –se alcanzaron los 40 millones en el momento álgido de 2017- se pasará a 4,49 millones en 2023. Desde ahí, la voluntad es crecer al ritmo del 11,9% hasta los 11.050 millones en 2028.

Pero la prioridad será abandonar las pérdidas que han protagonizado los últimos ejercicios. En 2023 serán de 2,46 millones; una cifra que se revertirá en 2024 con unas ganancias de 3,96 millones con motivo de la restructuración. Con el plan de negocio marcado, los beneficios alcanzarían los 250.000 euros en 2028 con un Ebitda que rebasará el millón de euros.

En lo referente a los volúmenes. Torrot espera pasar de las 1.836 motocicletas de marca propia vendidas en 2023 hasta las 4.588 en 2028. En la prestación de servicios para Rieju, el papel sostiene una escalada desde las 1.508 unidades del año pasado hasta las 3.600 unidades en 2028.